gato luna opinion
Los de sin voz

Por todos y todas es sabido que el ser humano es egoísta por naturaleza, pero lo que ocurre en esta ciudad ya pasa de castaños oscuros. Parece que el pueblo ceutí está tan acostumbrado a vivir en esta pantomima que tienen normalizado este tipo de situaciones. Es como si hubiesen adquirido una especie de indefensión aprendida y solo les queda  tragar con lo que nuestros brillantes políticos cuentan. Por supuesto, siempre realidades maquilladas a su antojo y que los pintan como Gobierno competente que actúa eficazmente y pensando en su ciudadanía, nada más lejos de la realidad.

Este no es nuestro caso, al menos no el de las personas voluntarias que día a día luchan por mejorar el bienestar de los animales que sobreviven a duras penas en nuestras calles.

A raíz del caso de rabia detectado el pasado mes de octubre parece que cunde el pánico y es cuando la administración decide poner algún tipo de solución ante el desastre en material animal que llevan arrastrando desde hace años y que culmina con este incidente.

Ponen en marcha un plan de contención para la rabia. Un plan desastroso, pensado y puesto en marcha a la ligera, solo para callar bocas y aparentar que tienen la situación controlada. Es tal la cantidad de animales vagabundos, que no disponen espacio donde ubicarlos. El servicio de recogida funciona fatal y son los propios ciudadanos y ciudadanas quienes retienen a los animales horas y horas hasta que deciden venir a recogerlos.

Una vez los recogen, ya le perdemos la pista. No sabemos en qué condiciones vivirá el pobre perro. Y lo peor de todo, una vez pasado el supuesto periodo de observación de 6 meses. ¿QUÉ VAN A HACER CON ELLOS? ¿los devolverán de nuevo a nuestras calles o desaparecerán por arte de magia? Aún no tenemos respuesta.

Y con respecto a los gatos, la situación es aún más caótica. Ceuta alberga en sus calles a más de 5.000 felinos. Y sí, pusieron en marcha una campaña CES (captura, esterilización y suelta) de unos 1.200 gatos. Campaña que tenemos que llevar a cabo personas voluntarias, sin medios, sin cualificación e incluso sin protección. Porque ni siquiera se han preocupado en ponernos la vacuna de la rabia a esos que a diario les hacemos el trabajo sucio y los cuales somos los más expuestos.

Pero resulta que para más inri, somos presionados, porque si no capturamos a esos 1200 gatos antes del mes de mayo, parece que no vuelven a sacar una nueva campaña CES, con lo cual, todo el esfuerzo invertido habrá sido en vano, y en unos meses volveríamos a estar de nuevo en el punto de partida con una sobrepoblación felina brutal.

Así que que NO, que no traten de engañar a la población con medidas ineficaces para aparentar lo que no es. A nosotros y a nosotras, los voluntarios que nada tenemos que ver con las asociaciones, no  nos vais a callar con subvenciones. Subvenciones que, por cierto, sólo llegan para un puñado de privilegiados, los de siempre.