- Las últimas declaraciones de nuestro presidente: “Aspiramos a ser la tercer la fuerza política de este país, con o sin UPyD”, constituyen toda una declaración política sobre los objetivos de Cs, no sólo para Catalunya, sino para toda España.

En efecto, a diferencia de otras opciones políticas, que nacen desde arriba hacia abajo, Cs es un partido que surgió desde abajo hacia arriba, fue siempre el partido antes que el líder, y a éste lo creó el partido, mientras que en otros fue al contrario. El surgimiento de Cs, tan espontáneo en la sociedad civil, es uno de los acontecimientos más emocionantes que ha conocido la democracia española.

Muchas son las ofertas políticas que van apareciendo y que de un modo u otro intentar emular y parecerse a Cs, tanto como que venimos asistiendo a todo un abanico de similitudes y uso de conceptos que tienen que ver con la ciudadanía, cada uno de ellos moldeando este último concepto y fijándolo como objetivo y única oferta política. Sin embargo, Cs es Cs, y nadie mejor que Cs para hablar de ciudadanos y ciudadanía, y todo ello porque el caldo civil de Cs se coció en la calle y en la transversalidad ideológica frente al nacionalismo catalán, constituyéndose como una solución política constitucional y abierta a todos los ciudadanos.

Hoy por hoy Cs se aparece en el horizonte político de los españoles como una opción constitucional, madurada y absolutamente funcional y operativa, que durante y desde su fundación ha venido luchando por una España fuerte, diversa y unida, todo ello en un campo duro e irracional como ningún otro, tal como es el nacionalismo catalán.

Un ejemplo de esa madurez lo tenemos en la predisposición permanente de Cs de unir y tender puentes en pro de una España mejor, es ese genuino principio fundacional el que hace poco propuso un acercamiento entre Cs y UPyD, a raíz de la propuesta del ex eurodiputado Sosa Wagner, y que vino a costarle lo que todos sabemos, y que tuvo como respuesta aquella ridícula “revalidilla democrática” que hizo pública UPyD como exigencia para iniciar un acercamiento a Cs, una actitud que todos los españoles coincidieron en valorar como innecesaria y altiva, una situación que dejó bien definidas las naturalezas de un partido y otro.

Lo que Sosa planteaba es ir más allá del tópico de la ruptura del bipartidismo para trabajar en la creación de una opción alternativa al PP, coincidente con éste en las grandes cuestiones de Estado, que es de lo que está aún muy lejos Pedro Sánchez. El planteamiento de Sosa respondía también a la necesidad de cubrir ese espacio de centro izquierda que sigue abandonado por un PSOE incapaz de recuperarse del destrozo ideológico que supuso el zapaterismo.

Sosa Wagner buscaba para su partido un destino más alto que el que ha tenido hasta ahora, sin embargo, su “sensatez” fue castigada y duramente reprimida en el último congreso de UPyD. Vilipendiado y profundamente consternado Sosa Wagner no tuvo más opción que abandonar. Hacer realidad las propuestas de Sosa Wagner no es tan difícil, pero claro, todo eso precisa que UPyD abandone el corsé del sectarismo de origen que tanto le afecta.

Cs Ceuta se congratula de la buena predisposición mostrada por el Consejo Territorial de UPyD Ceuta, con el que se han mantenido varios encuentros, todo ello siguiendo la línea marcada por nuestro presidente, “hay que hablar y buscar entendimientos en pro de España y para los españoles”, y en ambas reuniones han sido más los puntos coincidentes que sus contrarios, sobre todo en lo referido en ofrecer a la ciudadanos de Ceuta una oferta política constitucional, fuerte, unida, nacida de la coherencia que conceden los años y absolutamente genuina, frente a un Gobierno del PP sin ideas, marcado por la corrupción y falta de valentía ante un futuro que ellos mismos han labrado como incierto y exasperante, cuyos “logros” los podemos ver en los últimos informes de la OCDE, y los tenemos a la vista. Un gobierno y una oposición de nivel bajo, con prepuestas de simple negociado en vez de propuestas de auténticos partidos políticos, que quieren, buscan y ven posible un mejor futuro para sus ciudadanos.

Cs conoce bien las carencias de Ceuta, conoce sus problemas, conoce también que existe en la ciudad un populismo provinciano, protagonizado por políticos que abandonan siglas llevándose lo que no es suyo, para luego constituir otras formaciones políticas con ofertas propias de bazar, haciendo uso de un concepto que nadie como Cs entiende y maneja, tal como es el de la ciudadanía.

Cs quiere mirar hacia arriba, quiere emular a esos espacios que viven sin créditos ni subsidios, que hacen vida social y económica autosuficiente, y que para conseguirlo han trabajado duramente en conseguir unos planes de trabajo de futuro y de carácter estructural. Un objetivo que no es fácil, pero no imposible, tal como han querido presentarlo quienes nunca hicieron nada por levantar su cabeza para mirar y ver en su derredor.