Antonio Gil Mellado

Son muchas las personas que dicen que hallan su mejor momento del día cuando, después de su jornada de trabajo, llegan a su casa y se encuentran cara a cara con su fiel amigo, su mascota. Según cuentan, en ese momento, se produce un frenesí y fluye la alegría de parte y parte. Lógico hasta cierto punto, pues en el trabajo la tarea no parece acabar nunca y pocas son las oportunidades que se ofrecen para disfrutar de un instante agradable.

Quien no cuente con estos incondicionales amigos tendrá que imaginárselo, no es lo mismo, pero… podríamos ver sin esfuerzo a unos pequeños y peludos cachorros de perrito o de gatito, o la imagen de un pollito recién nacido, por ejemplo. Estoy seguro de que pocas son las personas que no identifican ese retrato con un momento tierno y agradable. Esa imagen nos toca la fibra, los sentimientos, y me da que nunca cambiará.

 Ahora bien, tengo que decir que, tanto a lo real como a lo imaginario, igualmente placentero, les afecta una terrible realidad en la que los tres animalitos son víctimas de la estupidez y crueldad humana y donde estos tres puedan llegar a estar unidos por un cruel y triste destino.

Resulta que estas tres especies de simpáticos animalitos, según el lugar donde vivan o mueran, pueden ser reciclados en forma de harina para piensos, de tal manera que un hijo se podría estar comiendo a su difunto padre en forma de nutritivo pienso compuesto.

Les traslado dos párrafos íntegros de una información encontrada: “Un reportaje emitido este sábado por TVE en Cataluña ha denunciado el uso de cadáveres de perros y gatos en la elaboración de piensos para alimentar animales destinados al consumo humano, con el permiso del departamento de Agricultura, Ganadería y Pesca (DARP) de la Generalitat. El reportaje, emitido en el espacio “L ‘Informatiu Cap de setmena” afirma que varias empresas catalanas de fabricación de piensos han reciclado y aún reciclan los cuerpos de animales de compañía para alimentación de otros animales”.

“El informativo ha ofrecido el testimonio de Josep María Ripoll, responsable de un refugio para animales abandonados, que reconoce haber llevado cadáveres de perros y gatos muertos a una fábrica de piensos del Vallés”. “Se ha hecho y otras protectoras siguen haciéndolo aún”, ha afirmado el testigo, que ha puntualizado que los animales llevados a la fábrica eran los que fallecían por alguna enfermedad, ya que el refugio pertenece a una entidad protectora”.

En lo referente a los pollitos, la crueldad humana se ceba hasta límites inimaginables, y es que, se estima que son acuchillados vivos, recién nacidos, para la fabricación de harina para piensos compuestos, unos 35 millones de éstos cada año; con lo que el canibalismo está servido, en versión civilizada, eso sí.

Todo esto me lleva a la siguiente reflexión, ¿Merece la pena plantearse tener animales domésticos, de compañía, como perros o gatos?, ¿Adónde nos lleva?; impactante contrariedad ¿no creen?

Terrible dicotomía verdad, formar parte de ese círculo del horror del que de una forma o de otra somos participes. Ni los veganos o vegetarianos se salvan, basta con tener una mascota para contribuir con ese mundo cruel, desnaturalizado e insensible.