Emilio Carreira, director general de Comunicación del Gobierno de la Ciudad

La última iniciativa presentada por la Cámara de Comercio de Ceuta, un apoyo más a nuestra hostelería, pone de manifiesto que la utilidad de una institución, no lo es por lo que pueda hacer, sino por lo que hace. Y esta afirmación vale para todas las instituciones públicas.

El actual presidente de la Cámara está dando un impulso definitivo a la misma, demostrando que, con ideas y buena gestión, con ganas y capacidad de trabajo, se pueden hacer muchas cosas, generar confianza en la institución que preside y de ese modo, aunar complicidades.

Si alguien sabe lo que es sufrir son nuestros empresarios, del comercio, de la hostelería y de los servicios en general y en Karim Bulaix han encontrado un referente y, sobre todo, un representante que está al quite de cualquier oportunidad para que a Ceuta llegue más inversión y se genere más riqueza para todos.

La Ciudad de Ceuta tiene establecidos desde hace bastantes años, mecanismos de colaboración con la Cámara de Comercio, para desarrollar programas de apoyo a nuestro tejido productivo y últimamente se ha potenciado aún más esa colaboración de la mano de la Consejería de Economía que dirige Kissy Chandiramani. El Gobierno de la Ciudad está incidiendo con los diversos programas que se despliegan de la mano de los actores empresariales, en dinamizar nuestra asediada economía, tanto con ayudas directas como con estas iniciativas compartidas con la Cámara de Comercio.

Lo bueno y bien hecho, sólo puede traer cosas mejores, pero también escuece entre aquellos que ven el éxito de otros como un anuncio de su fracaso o lo confunden con una puerta de paso para intereses particulares.

Ceuta es una ciudad y lo es no sólo porque los dioses la embellecieron y la colocaron en el centro del mundo, entre oriente y occidente y con una orilla al norte y otra al sur, sino fundamentalmente porque sus gentes son maravillosas.

Pero alguna excepción tenía que haber.