Comprendo que es duro el tránsito del aula a la moqueta. No debe ser fácil acomodar en la conciencia un pasado reciente combativo y reivindicativo con un presente conformista y adulador. Quizá la pérdida de perspectiva provoca estas situaciones. No hace mucho, incluso con una administración del PSOE, tú te sentabas junto a mí en la Junta de Personal indignada con la masificación de las aulas, con la insuficiencia de las plantillas, con el desprecio del Ministerio, y ¡hasta defendiendo la Semana Blanca! Todo aquello ha devenido en una situación idílica desde que tu te enrolaste en el equipo ministerial, el mismo que sigue dirigiendo los destinos educativos de la Ciudad, entonces tan nefastos y hoy tan loados por ti.

Desconozco las razones que te han llevado a trasladar a la opinión pública lo acontecido en relación con la muestra de Formación Profesional, en lo días previos. Pero en cualquier cado, deberías haberlo hecho desde la honestidad, con un mínimo rigor y respeto a la verdad; salvo que tu intención, como neófita dirigente del PSOE sea significarte en contra mía que, como todo el mundo sabe, otorga puntos en el escalafón del partido del pucherazo. El motivo de esta carta es dejar constancia de los hechos tal y como sucedieron por si a alguien le interesa. En primer lugar, considero que todas las apelaciones a la Formación Profesional son un simple adorno que nada aporta al episodio en concreto. A este respecto podría hacer un inventario infinitamente más extenso que el tuyo de acciones y actuaciones por mi parte en defensa de la Formación Profesional de Ceuta, incluso bajo tu dirección. Nos limitaremos a lo acaecido. En la mañana del pasado viernes, y a través de los medios de comunicación, en rueda de prensa en la que tú estabas presente, se da cuenta a la comunidad educativa que el próximo Curso no habrá semana blanca porque así lo ha decidido el ministerio. Sin más diálogo ni explicación. El día anterior, tuvimos conocimiento de que el Grupo de Trabajo había sido desconvocado unilateralmente. También sin explicación ni justificación. En ese momento, un grupo de profesores de mi centro, se indigna (como tú, pero por otros motivos). El Ministerio nos piden esfuerzos adicionales y voluntarios en nuestras horas libres, y al mismo tiempo nos paga con desprecio y humillación. No queremos trabajar gratis para quien nos da una bofetada tras otra. La profesionalidad y abnegación de los profesores de formación profesional de mi centro, como tú bien sabes, está fuera de toda duda. Son magníficos. No hace falta enumerar datos que conocéis perfectamente. Lo que ocurre es que ya estamos hartos de que los responsables ministeriales os hagáis fotos sobre nuestras costillas. Les hice ver a mis compañeros que, aunque yo estaba de acuerdo con ellos, una medida de esta naturaleza no se debería tomar en solitario. Así que me ofrecí, como hago siempre (cuando tú eras directora también) a consultar con los demás centros. Así lo hice. Expuse la situación a los directores y les pedí que pulsaran la opinión de los departamentos. Ante la falta de unanimidad sobre las posibles actuaciones, y aún compartiendo el fondo del asunto, decidimos no alterar los planes.

Desde el día anterior, y sin que tuviera que ver nada con todo esto, estaba convocada la Junta de Personal para tomar las medidas que considerara convenientes ante el nuevo atropello por parte del Ministerio. Lo de los planes nominados con letras es sólo una elucubración generada en tu mente. Ten cuidado. La paranoia puede ser contagiosa.

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