Muy señores míos. Mi nombre es José Antonio Molina Rodríguez, padre de María Molina Fuentes, alumna que finalizó sus estudios de Bachillerato en Septiembre del presente año 2014 en el I.E.S. Siete Colinas de Ceuta.

Me dirijo a ustedes por el incidente provocado en su página web el día 04/09/14, cuando estaba tramitando los derechos de exámenes de selectividad para mi hija en nuestra ciudad, que provocó la no tramitación del abono de los derechos de examen desde mi cuenta a la correspondiente cuenta de la Universidad de Granada creada para tal efecto.

Cuando se finalizó la tramitación de dichos derechos a través de su página web, en la modalidad de “pago con tarjeta”, nos apareció en pantalla que el pago se había realizado con éxito, no dándome en ese momento la opción de imprimir comprobante de la transferencia realizada.

Mi fallo como padre fue no comprobar que no habían cargado en mi cuenta la cantidad de 88,10€ en concepto de derecho a examen de selectividad de mi hija. El día antes de la prueba y, a través de compañeras de mi hija, nos dimos cuenta de que nuestra hija no estaba en las listas de admitidos para poder presentarse a selectividad en septiembre.

El mismo día de la primera prueba de Selectividad hice una transferencia de dicha cantidad desde mi cuenta a una cuenta que me facilitaron en la secretaría de la Universidad de Granada en Ceuta con nº 04873000772xxxx66xxx del Banco Mare Nostrum a nombre de la Universidad de Granada y en concepto de “derechos a Examen de Selectividad de María Molina Fuentes”, ref.015002xxxxx, pero al parecer ya era tarde.

El día anterior al examen estuve hablando con la Presidenta del Tribunal de Selectividad y no vio mucho impedimento en el asunto, me dijo, delante de testigos, que no habría problemas y todo se arreglaría al día siguiente y que mi hija se presentara a la prueba, de hecho estuvimos allí antes de la hora requerida. Cuando esta señora llegó el día de la prueba, nos dijo que era imposible y que la prueba de Selectividad no la podía hacer, había hablado con el responsable (Coordinador de Selectividad) del alumnado de selectividad y le había negado la posibilidad de presentarse a la prueba porque el dinero no había sido ingresado en el plazo requerido.

Me parece increíble que un asunto tan serio como es la formación académica no sea algo más flexible en estas circunstancias justificadas; además el “Departamento de Servicio al Alumnado”, como su nombre indica, debería estar precisamente para ayudar al alumnado y no para perjudicarlo, como en este caso se ha hecho. Es totalmente injusta esta decisión inflexible por una o varias personas de dicho departamento. Se supone que estas personas que dirigen y gestionan asuntos tan serios, como es la educación, no tengan capacidad de resolución para este tipo de problemas y se cierren en banda de forma tan rígida, habiendo precedentes anteriores en los que se ha subsanado el incidente sin mayores problemas.

Por el presente quiero transmitirles la impotencia, frustración y la afectación psicológica que esto le acarreará a mi hija y a nosotros sus padres por la decisión tajante de una persona que debería tener algo más de empatía con los alumnos, que es para quién realmente trabaja.

Supongo que estos señores, jueces y sentenciadores, habrán descansado y dormido plácidamente, sin ningún tipo de remordimientos, habiendo dejado un año entero a una o varias alumnos/as sin posibilidad de continuar sus estudios.

Posdata: La rigidez sólo trae rotura, eso espero para ustedes “señores”.