Karim Bulaix García-Valiño

Querida Rosa,

Esta mañana sin avisar te fuiste. Te fuiste como solías hacer siempre, sin que se notara, sin que nadie pudiera darte un abrazo; sin despedirte.

Para mí, ha sido un honor haber conocido a alguien como tú, ejemplo de sacrificio, entrega absoluta y buen hacer para con tus empresarios, compañeros, alumnos y amigos de la Cámara.

Gracias a ti, muchos empresa­rios hemos encontrado solución a nuestros problemas; gracias a ti, poder inculcar a tus compañe­ros esos valores y ese sacrificio diario por el bien de nuestros empresarios, ha sido tarea fácil.

Nos dejas después de 33 años al servicio de tu Cámara. Una Cámara que no se puede concebir sin todo lo que nos has dejado.

Por eso quiero que sepas que, estés donde estés, siempre tendrás un hueco  enorme en nuestros corazones; en el corazón de tu Cámara y de tus empresarios.

Gracias infinitas por tanta lealtad.