- Si echamos la vista atrás, observamos que durante estos últimos catorce años no han conseguimos solucionar nada de lo que nos prometieron que solucionarían.

De hecho y por mucho que quieran manipular los datos, al final los resultados están ahí, pero es que además en este caso no podrán decir que la culpa es de la crisis, pues precisamente durante este aciago periodo ha sido, cuando mas dinero ha venido tanto de Europa como del Gobierno Central, con lo que se hace mucho mas evidente que el despilfarro es tal, que no es que estemos igual que antes sino que estamos peor aun. Solo basta con tirar de la estadística para ver el colapso existente en lo que respecta a temas tan delicados como el empleo, la educación, la sanidad o la vivienda.

Pero lo peor de todo es que, los que nos mal gobiernan, no cejan en sus artimañas de manipuladores y trileros, queriendo hacernos creer que ellos son los que realmente pueden dar ese giro de 360º con el que arreglar la situación en la que nos han metido. Y no solo me estoy refiriendo a los que tienen mayoría absoluta, sino también a una parte la oposición, pues esta en su deseo de permanecer al precio que sea en sus escaños, tratan de utilizar los malos momentos por el que transitan muchos de nuestros conciudadanos, para usar como banderín de enganche electoral temas tan delicados como el de los comedores o el de la vivienda.

Diseñar un discurso en base a la manipulación y la mentira, solo puede dar como resultado una gestión política nefasta y desastrosa para el conjunto de los ciudadanos, con lo que es justamente ahora y no cuando el mal ya esta hecho que se hace necesario un cambio sustancial del panorama político local. Es hora de apostar por nuevas alternativas ciudadanas que demuestren día a día su compromiso con la sociedad, defendiendo el empleo de calidad, el bienestar de los que menos tienen o la seguridad de quienes nos protegen, en definitiva trabajar por una ciudad por y para los ciudadanos todos los días y no por el puro oportunismo político del momento, como así parece ser que actúan otros.

No vale defender unos principios o unas ideas según sea la dirección en la que sopla el viento, hay que ser constantes en luchar por lo que se cree e insistir en solucionar o por lo menos denunciar lo que uno entiende que se esta haciendo mal o que pone en riesgo nuestra propia existencia como pueblo. Sirva como ejemplo nuestro empeño en atajar el problema de los empadronamientos fraudulentos, verdadera invasión silenciosa, que tanto daño ha ocasionado y que esta poniendo a la ciudad al borde del colapso, hecho este, que he denunciado desde antiguo sin que ninguno de los grupos de la oposición se pronunciase al respecto, mas que para intentar sacar precisamente algún beneficio de la situación.

Los ciudadanos tienen el derecho de ser informados con veracidad, sin manipulaciones ni mentiras, sobre cuales son las pretensiones reales de aquellos que aspiran a representarlos, para que así cada uno elija en consecuencia. Es ahora el momento de aportar ideas con las que estimular nuestra economía, apostando por la iniciativa privada y el emprendimiento y no por aumentar innecesariamente el gasto público con la única intención de potenciar redes clientelares con las que seguir amordazando a unos ciudadanos a los que solo se les ha estado ofreciendo el pan para hoy pero el hambre para el mañana.