José Antonio Carbonell Buzzian, auditor y consultor en seguridad

La tremenda oleada de incendios tanto forestales como en la propia ciudad, con cuantiosas pérdidas materiales están dando lugar a que la opinión pública cuestione a la Administración por su nefasta gestión, además de una cierta omisión de las medidas de prevención de incendios forestales, que han sido denunciadas por vecinos y colectivos afectados por esta situación de riesgo.

Está claro que existe una falta de inversión en prevención de incendios, seguida de la falta de voluntad política además de tener una mentalidad que favorezca la gestión profesional de la misma, tampoco se ha trabajado en el mantenimiento de pistas forestales y de cortafuegos

Está claro que existe una falta de inversión en prevención de incendios, seguida de la falta de voluntad política además de tener una mentalidad que favorezca la gestión profesional de la misma, tampoco se ha trabajado en el mantenimiento de pistas forestales y de cortafuegos, con una falta de participación en el desarrollo de planes de extinción preventivos y un largo etcétera. No hay una plantilla en incendios forestales con experiencia que integre mejor el factor fuego y también de cara a la introducción de la quema prescrita.

Debemos ser conscientes de que nuestros montes son necesarios para nuestra supervivencia y prestarles la atención que se merecen, ya que juegan un papel muy importante proporcionando estabilidad y diversidad en nuestros ecosistemas terrestres. Si seguimos en esta línea daremos lugar a un cóctel explosivo con mayor riesgo de incendio por causas humanas. Por ello se debería de trabajar en una propuesta para una nueva política contra los incendios.

La situación del medio natural de nuestra ciudad está muy lejos de ser una prioridad de nuestros políticos, pero es urgente cambiar el paradigma de la situación global de nuestros montes, donde se deben modernizar y actualizar los dispositivos como los tiempos de trabajo.

Es necesario que los que gobiernan lideren una estrategia que permita unificar criterios y garantizar los medios necesarios para la ejecución de recursos humanos contra estos incendios descontrolados.

Esta despreocupación por el medio natural de nuestra ciudad es una constante en sus gestores políticos, que están faltos de ideas, condicionando tanto la prevención y por lo tanto la propagación de estos incendios, con políticas de abandono del mundo rural, el deterioro de los ecosistemas completamente alejados del contexto climático y de una biodiversidad vinculada a nuestra flora y fauna autóctonas. La situación del medio natural de nuestra ciudad está muy lejos de ser una prioridad de nuestros políticos, pero es urgente cambiar el paradigma de la situación global de nuestros montes, donde se deben modernizar y actualizar los dispositivos como los tiempos de trabajo.

Es de capital importancia poner muchos más medios e investigar las causas, persiguiendo y condenando a los culpables, solo así de esta manera podremos hacer frente a lo que nos queda por delante desgraciadamente, con unos veranos cada vez más largos y duros, sin tener que lamentar la pérdida de más hectáreas, ni lamentar las muertes de animales, se trata de proteger la biodiversidad del terreno.

Por ello sigo pensando que se debería de estudiar la propuesta que sugerí ya hace tiempo, y se trata de contratar Guardas Rurales por parte de la ciudad, para ejercer las vigilancias y la protección de montes públicos, ya que nuestra urbe tiene a su cargo un gran patrimonio natural y los que gobiernan tienen la obligación de poner todos los medios necesarios para poder proteger el mismo.