A veces, quienes dirigen una Institución se piensan que la ciudadanía es tonta. Estoy cansada de repetir que no hay nada más importante como reconocer una verdad, sobre todo cuando esa verdad está relacionada con una gran mayoría. Que el INGESA diga que en el Hospital todo funciona bien y que están haciendo un gran esfuerzo es, como poco, provocador, salvo a qué se refiera al esfuerzo que hace el personal sanitario que trabaja allí.
La Sanidad es un derecho indiscutible, y toda persona que recorte en ella está incapacitada para consagrarse a gestionar.

Búscome no miente. Recientemente hemos denunciado que la especialidad del Digestivo tiene una demora de seis meses y el INGESA nos ha llamado alarmistas e irresponsables. Imprudente, pero no Búscome, sino quienes para salir airoso del cascaron es capaz de falsear la realidad, aunque sea consciente de sus propias farsas.

Señores que estáis al mando de nuestra salud, haced el favor de tener la dignidad de hablar exclusivamente para empatizar. Luego, poneros de verdad a trabajar para solucionar las deficiencias de una ciudad que se consume lentamente en la miseria política.

Conozco a muchas personas que han vivido la ferocidad y la impotencia de percibir como el tiempo corre en su contra. Pero voy a expresar mi propia experiencia, la de ver a una persona en estado muy crítico en la sala de Urgencias durante horas, en una silla de ruedas, sin nada que le quitara el dolor provocado por el cáncer, y sin nadie que se dignara a ofrecerle una cama en planta, porque todas estaban ocupada. Un Hospital enorme con media ala vacía. Esa persona acabó muriendo a la hora de estar en una habitación que abrieron para él, después de que los mismos pacientes que estaban en Urgencias, en su totalidad, lo exigieran. Esa cama suscitó enfrentamientos entre los propios trabajadores, porque superaban la ratio. Y ese mismo enfrentamiento provocó el derrumbe emocional de quienes acompañaban a esta persona.

Calidad de vida siempre, hasta en los últimos momentos de ella. Eso es lo que tiene que hacer un Gobierno, si de verdad no quiere luego que le llamen indecente.

Y que nadie venga a soltar que también estoy a faltando a la verdad, porque esa persona de Urgencias era mi padre.

Pero no, nada de esto importa, sobre todo por la sorpresa añadida que me supone observar los comentarios que suscitan determinadas notas de prensa. Si la gente se revelara tanto contra quienes defienden cumplir la Ley de la Memoria Histórica, como cuando el Gobierno recorta en Políticas Sociales, Sanidad, Educación e Igualdad, viviríamos con más dignidad y tendríamos más derechos.

Y luego seguro que, el uno de mayo no habrá nadie por las calles.

Memorias derrotadas.