- La barrera de la mayoría absoluta del actual Gobierno parecía infranqueable, permitiendo que el Sr. Rajoy pudiera seguir atrincherado sin comparecer en el Parlamento, ni ante la opinión pública, ante la avalancha y cúmulo de informaciones que desbordan a los medios de comunicación y la multitud de escritos y declaraciones que se reunen en los archivos del juzgado.

El principal partido de la oposición, así como el resto de fuerzas políticas, han intentado por diversos procedimientos reglamentarios, tanto en el Congreso como en el Senado, que los representantes elegidos por el pueblo, así como la ciudadanía, pudieran conocer las explicaciones del Presidente del Gobierno, respecto a los hechos manifestados del que fuera Tesorero y hombre de confianza del Sr. Rajoy.

Su pertinaz negativa ha seguido incrementando la “avalancha” que nos está llevando a un estado de alarma social sin precedentes, en el ámbito de la falta de transparencia y de claras explicaciones sobre los oscuros y turbios manejos que presuntamente desde Génova se han coordinado, sobre presuntas irregularidades de financiación, sobresueldos, caja B, comisiones…así como respecto a connivencias con el que fuera Tesorero del PP, señor Bárcenas.

El Secretario General del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, exigió la dimisión inmediata del Sr. Rajoy, dado el cariz que han tomado los acontecimientos, pues el Presidente del Gobierno en estos momentos está afectado por problemas éticos y morales, para estar ejerciendo sus funciones y representar a España, sin que surjan presuntas sospechas de su actuación y la de la cúpula de su partido, las cuales en vez de disiparse cada vez se están acrecentando, por la circunstancia de la no comparecencia en sede Parlamentaria y aclarar todas las dudas que asaltan a los Diputados de la oposición y a la opinión pública. Lo anterior no deja de reconocer la legalidad y legitimidad de su mandato, que nadie niega, pero no pueden soslayarse determinados principios éticos a los que hemos hecho alusión.

Después de una ronda de consultas con el resto de fuerzas políticas, el Sr. Rubalcaba terminó por presentar una Moción de Censura, dado que no había otra posibilidad de conseguir que el Presidente del Gobierno se dignara a acudir al Parlamento y diera las respuestas pertinentes a los representantes de la soberanía popular, así como a los ciudadanos. Los términos de la citada Moción son, que se llevará adelante, a no ser que el Sr. Rajoy comparezca en el Parlamento.

El PSOE está anteponiendo los intereses del país a los suyos propios, y ha apostado porque prevalezca el derecho del Parlamento y de los ciudadanos a disponer con toda claridad y transparencia de un mayor conocimiento en profundidad de lo sucedido. Al margen de la vía judicial están las responsabilidades éticas y políticas, que gracias a la comparecencia inevitable promovida por la Moción de Censura, junto a otras fuerzas políticas, podremos tener la oportunidad, afortunadamente, de escucharla. Lo más deseable sería que por iniciativa propia, el Sr. Rajoy acceda a ir al Parlamento y no sea necesario presentar la citada Moción.

Si nos acercamos al ámbito de Ceuta, también debido a las presuntas irregularidades del “Caso Urbaser”, la falta de transparencia del Gobierno, con su Presidente a la cabeza, han motivado muy oportunamente que el Secretario General de PSOE de Ceuta, José Antonio Carracao, que de un modo incansable y valiente no ceja de trabajar porque la transparencia prevalezca en las actuaciones gubernamentales de nuestra ciudad, haya solicitado una Comisión de Investigación y la comparecencia del Presidente del Gobierno de Ceuta ante lo acontecido, y los informes que recientemente se han producido al respecto.

Por lo tanto, los ciudadanos, tanto en Ceuta, como en el resto del territorio español, estamos a la espera de sendas comparecencias y actuaciones del PP. Esperemos que dichas intervenciones se produzcan y no generen más frustraciones y más malestar en la ciudadanía, porque si podemos llegar a tener un conocimiento de la verdad, ganará la tranquilidad de los ciudadanos, ganará el valor y respeto de la democracia, ganará el reconocimiento a la política y a las instituciones, ganará la utilidad de la función de la oposición y sobre todo ganará el conocimiento de saber lo que ha sucedido.

Si ocurre lo contrario se hundirá la credibilidad en los Gobiernos, su falta de legitimidad moral, para ejercer su actuación y no será por culpa de la oposición o del Partido Socialista. Los ciudadanos serán los que saquen sus propias conclusiones. Mientras tanto, de momento, seguimos a la espera.