El pasado jueves el Partido Socialista realizó la presentación de la Agenda Económica para una recuperación justa, en la que intervino el secretario general, Pedro Sánchez, junto a Jordi Sevilla, responsable de economía del equipo de expertos, acompañados de los principales colaboradores.

A mi modo de entender, el PSOE está presentando sin dobleces sus propuestas, encarando de frente los problemas y mirando a la realidad que pretende cambiar. La situación del país y las dificultades que están afectando a la ciudadanía, no permiten adornos ni componendas. Transparencia y democracia hasta el fondo. Pedro Sánchez hizo referencia a “Un contrato que se firma con los españoles.” Ahí figuran los compromisos a todos los niveles, incluyendo los que afectan a la estabilidad europea.

En este contrato los ciudadanos podrán verificar el grado de cumplimiento, así como evaluar el resultado del mismo. Cuando se deposite un voto para el Partido Socialista no es para apostar al azar. Se podrá realizar una evaluación inicial del proyecto, así como el seguimiento permanente de sus promesas. Esta organización está preparando un plan serio, riguroso, basado en la experiencia, pero con la mirada puesta en el presente y el futuro.

De sobra es conocido el peso que soportan las clases medias y trabajadoras, al tener que llevar sobre sus espaldas la mayor parte del esfuerzo fiscal. Los trabajadores y funcionarios con sus nóminas no eluden sus obligaciones fiscales. El PSOE quiere terminar con esta injusticia redistributiva, mientras la desigualdad ofrece cada vez más ventajas a los que más tienen.

Altos responsables del Partido Socialista han manifestado que no aspiran a recibir aplausos y aclamaciones por líderes europeos. Les preocupa más el veredicto y la opinión de los ciudadanos, tener la certeza que se gobierna para resolver los problemas cotidianos y que la sociedad verifica una mejoría en su calidad de vida. Los aplausos de los líderes conservadores al Presidente del Gobierno, no representan el sentir de los jóvenes que dejan nuestro país, los desempleados, aquellos que sufren los recortes en el sistema público…

La injusta e ineficiente austeridad que estamos padeciendo, ha propiciado que nuestro país tenga 300.000 millones de endeudamiento, que seamos el segundo país con más tasa de desempleo y de desigualdad. Se ha incumplido el déficit público con Bruselas y se han aprobado unos presupuestos no reconocidos como válidos en Bruselas. En esta legislatura se han subido 50 impuestos. Se recortaron los servicios sociales y la brecha entre los más ricos y los más pobres se ha multiplicado por 7, según fuentes de la OCDE. Cada vez es mayor el número de contratos precarios, con sueldos permanentemente a la baja y 27 de cada 100 españoles viven en riesgo de pobreza.

Analizando y enumerando aspectos concretos de la agenda económica, que fue expuesta por Pedro Sánchez y con la introducción de Jordi Sevilla, destacaría en su conjunto la alusión al cambio seguro que necesita nuestro país, el crecimiento, aumentar la productividad y la redistribución. En definitiva, preparar nuestra economía para competir y crear empleo de calidad, regenerando la vida democrática.

Con medidas que apoyen a las pequeñas y medianas empresas, como son entre otras el impulso del campo digital. así como a los autónomos. Duplicar los fondos de I+D+I. En el campo climático atención a un fondo verde con impuesto al CO2. Transacción energética a precios asequibles. Realizar una auditaría referente a precios de la política energética, sobre lo que pagamos y recibimos. Apoyo a la línea social que beneficia el ahorro y el transporte público, con movilidad limpia. Aumentar la financiación pública inteligente. Dirigir la actuación de los poderes públicos a círculos virtuosos de creación de empleo: Educación, sanidad, política de envejecimiento, cambio climático y cambio digital.

Que a finales del 2019 el déficit público quede en el 1%, con un incremento relacionado con la economía 4.0. que producirá mejoras en las cifras de crecimiento. Respecto a la reforma fiscal no habrá subida de impuestos a la clase media y trabajadora, con una reforma fiscal progresiva que permita recaudar 25.000 millones más para 2019. Reforma integral de la renta rigurosa y que afecte a los que tengan mayor capital. Con un mínimo común para impuesto de sucesiones y de patrimonio. Impulso decidido y pragmático para implementar la desaparición de los paraísos fiscales.

Para concluir, mencionar que Pedro Sánchez habló de tres retos: a) Impulsar el crecimiento y el empleo. B) Reparar los daños de estos cuatro últimos años y c) Lucha contra la pobreza. Incrementar las partidas destinadas a educación, sanidad, dependencia y el ingreso mínimo vital, con especial atención a la formación de jóvenes así como a los desempleados y al I+D+I. Termino con estas palabras de Jordi Sevilla: “Con una recuperación justa nos beneficiamos todos. Queremos transformar, con un programa para ganar las elecciones y si tenemos la fuerza democrática gobernar”.