Rafael Morata

Como en esta tan cacareada y publicitada “Ciudad de compras” no hay posibilidad alguna de adquirir cine de autor clásico en Blu-ray (como sí puede existir cruzando al otro lado de El Estrecho), me busqué la vida -como hago siempre- adquiriendo en Amazon España cinco películas por valor de 37,74 euros (sin IVA).

Desde que, al parecer, los residentes de esta ciudad tenemos la “libertad” (vigilada) de gastar en productos de la Unión Europea hasta 150 euros sin tener que pagar DUA, realicé el pedido a sabiendas de que, una vez llegara el paquete y una fría carta de Correos me comunicara que debía realizar esa serie de trámites requiridos que los españoles de primera, residentes en la España peninsular, no están obligados a hacer, tendría que recorrer por mi propio pie o gastando gasolina el vía crucis de ir a la oficina municipal de Ceuta Center a pagar el IPSI correspondiente, ir a la otra punta donde se encuentra Aduanas y concluir el periplo en Correos para, ya sí, poder disponer de mi paquete.

Sin embargo, el sábado 27 de mayo no fue así... Dado que no me encontraba en casa, el empleado de Correos se presentó en casa y mi hija tuvo que pagar 14 euros del DUA más los tres y pico preceptivos del IPSI. Como comprenderán, esto trasciende el límite de lo tolerable para desembocar en el terreno de la más absoluta provocación, ilegalidad, indefensión e, incluso, extorsión: de modo que Correos decide “ahorrarme” las molestias y realiza por su propia cuenta y sin yo dar la debida autorización el famoso trámite del DUA, sin recibir antes la notificación para darme a escoger si doy mi consentimiento para que me claven los 14 euros que los peninsulares de categoría A no pagan, o ahorrármelos porque, como español de serie Z, deberé hacerlo por mis propios medios.

No deja de ser alucinante, transcurridos tantos meses desde que tenemos la “libertad” (amputada) de gastar más de 22 euros en compras sin que la soga del DUA asalte nuestra cartera, ni el Gobierno de la ciudad ni los partidos de la oposición hayan solucionado el problema o elevado esta discriminación, este intolerable agravio comparativo, al Gobierno Central o a la instancia administrativa o judicial que corresponda, mostrando todos ellos una inaceptable actitud sumisa ante una empresa que, como Correos, está haciendo con este tema lo que realmente le da la gana, al margen de lo que supuestamente se ha legislado o aprobado.

¿Qué más tiene que ocurrir para que esto se solucione? ¿Hasta cuándo vamos a seguir padeciendo la tiranía de Correos en relación al DUA sin que los políticos -esos a quienes pagamos y que, con toda la hipocresía de la que son capaces, no se les cae de la boca el mantra de lo española que es esta ciudad y lo “muy españoles y mucho españoles” que somos sus habitantes- hagan lo que esté en su mano para solucionarlo? Porque no se engañen: esta es una “Ciudad de compras” para productos de primera necesidad. Si necesitas algo que se sale de ese rango (en mi caso, cine clásico en formato casero), tienes que buscarte la vida comprando on-line, a sabiendas de sufrir el agravio comparativo que existe entre tu situación como español de tercera en Ceuta y la persona de Algeciras que compra lo que le viene en gana con total tranquilidad y sin el miedo de que lo mareen y atraquen con un DUA