Esta visto y comprobado que en política no es cuestión de decir la verdad sino lo que la gente quiere escuchar y eso es una realidad, de hecho en la época que nos has tocado vivir, solamente con que las redes sociales lancen una mentira y la propaguen rápidamente, está casi de inmediato se convierte en una verdad incuestionable.

Esto es lo que estamos viviendo en la actualidad, pues ya hemos pasado las segundas elecciones consecutivas en menos de un año y si nadie lo remedia, por la irresponsabilidad de todos los partidos del arco parlamentario, podríamos ir a unas terceras. Ahora bien, lo que estos están consiguiendo con todo ello, es que los ciudadanos estén cada vez más hastiados de todo lo que huela a política y es posible que esa realmente sea la intención de los que hoy por hoy detentan el poder, en su velado deseo de seguir manipulando y corrompiendo todos y cada uno de los estamentos del Estado.

Es absolutamente inconcebible que con los extraordinarios niveles de corrupción que existen en nuestro país, el personal siga votando masivamente a los principales partidos que a encabezan ese ranking. En este caso no valdría la manida excusa de no que no hay opciones políticas a las que votar, pues la oferta en los últimos años ha crecido exponencialmente tanto dentro como fuera del parlamento y si bien después de todo este paripé electoral se ha podido comprobar que las nuevas fuerzas emergentes ofrecen más de lo mismo que los que ya estaban, hay otras formaciones políticas que en espera de su oportunidad sí que tienen propuestas reales de cambio.

En este caso parece claro que la democracia y la igualdad de oportunidades no se ejercitan como deberían en este país, donde son los poderes fácticos, quienes por lo general controlan los grandes medios de comunicación, los que poseen el monopolio del marketing político, aprovechando su posición para durante días, semanas, meses y años, bombadearnos con mensajes directos sobre cuál debe ser el camino a seguir y por lo que se ve tras el último proceso electoral, con magníficos resultados para sus expectativas claro.

No existe otra explicación, sino como se puede entender que uno de los partidos mas corruptos del país haya ganado las últimas elecciones, pues aún no habiendo sacado la mayoría absoluta sí que ha sido el más votado, desde luego que en todo esto hay algo que no encaja.

Esta vez ha funcionado el voto del miedo a lo desconocido, aunque quizá todo sea una falacia, ir con miedos por la vida rara vez suele deparar buenas cosas para quien los tiene, ejemplos de ello tenemos muchos y ninguno trajo resultados positivos para el conjunto del país. A lo mejor ha llegado la hora de hacer uso de un voto valiente y en conciencia, apostando por algunos de esos partidos, mal llamados pequeños, en los que a lo mejor encontramos las respuestas a muchas de las incógnitas que la actual situación política nos plantea, es cuestión de que por una vez nos planteemos si queremos cambiar realmente las cosas o si solamente lo que buscamos es perpetuar, a través de la desidia, a aquellos que son los que nos han llevado a este atolladero con el único deseo de seguir mangoneándonos a todos.