- Como consecuencia de las operaciones recientes por el tema de la corrupción se han destapado redes y personajes corruptos.

Lo sucedido ha producido un terremoto en la vida política, pública e institucional de nuestro país, con el derrumbe de algunos cargos públicos e institucionales que parecían intocables.

Las detenciones e imputaciones han supuesto que estos cargos públicos cayeran de sus pedestales y se hicieran añicos. Simultáneamente han quedado en evidencia determinados comportamientos desarrollados por los citados cargos y empresarios afectados. Han sufrido las expulsiones de las organizaciones políticas a las que pertenecían. Sin duda el impacto ante la opinión pública ha sido brutal. La indignación ha llegado a límites insospechables y la perplejidad se ha hecho patente.

La opinión pública asiste atónita a lo que está sucediendo, con la sensación de que todo se mueve bajo nuestros pies. La zozobra, la desconfianza y la falta de credibilidad en algunas instituciones, han hecho saltar por los aires determinados valores que considerábamos imperturbables. Pero analizaremos todo este derrumbe con detenimiento y serenidad, porque en el fondo es bueno que todo lo acontecido haya aflorado. Veremos que traerá consecuencias positivas, porque estamos asistiendo a una intervención quirúrgica que derrumbará también la enfermedad de la corrupción. No podemos olvidar que en democracia todo tiene solución.

Una pregunta que nos podemos hacer es quienes son los auténticos perjudicados. En primer lugar, los ciudadanos que han depositado la confianza en los cargos públicos que han sido elegidos gracias a su voto, cuya confianza ha sido traicionada. El erario público ha sido saqueado. Los ciudadanos más desprotegidos son los que sufren más directamente las consecuencias y el equilibrio social se resiente, así como la escala de valores.

También salen afectadas la honradez y la ética de las organizaciones políticas, así como sus militantes y cargos públicos, que en su gran mayoría desempeñan con gran sacrificio y esfuerzo sus funciones, siendo intachable su honestidad tanto a nivel personal como público. No estamos en un país de pícaros, el trabajo decente es el que realizan la inmensa mayoría de los ciudadanos de este país, pero ello no es óbice para que se extirpen sin contemplaciones a los que no tienen escrúpulos, o no les preocupe el correcto uso de los presupuestos.

Ahora más que nunca es necesario hacer una llamada a la confianza y la tranquilidad. El sistema no se viene abajo, todo lo contrario, lo que han hecho los jueces, las fuerzas y cuerpos de seguridad, ha sido demostrar la fortaleza de nuestro Estado de derecho y de las instituciones. Podemos confiar en la justicia, en las actuaciones judiciales y en nuestro sistema judicial. Necesita de muchos más medios y recursos, así como que determinadas leyes puedan ser mejoradas, para que la justicia sea mucho más rápida y diligente.

Es necesario que la decencia prevalezca sobre la indecencia y que no quede ni un solo corrupto, tanto en las instituciones como en las organizaciones políticas. Que nada quede impune, caiga quien caiga y sea la organización o institución que sea. Es una vergüenza que se roben millones de euros, mientras haya ciudadanos que son desahuciados, trabajadores en paro y pensionistas que no pueden llegar a final de mes, a la vez que se incrementan las cifras de pobreza.

Ciudadanos honrados hay en todas las organizaciones políticas. Por lo que afecta al PSOE, me han llegado informaciones de miles de militantes, que por diversos medios están haciendo llamadas a defender los postulados básicos de los orígenes y valores de esta formación política. La necesidad de no ocultarse para mostrar el orgullo de ser socialista, por todo lo que representa la labor realizada en sus 135 años de historia. Según me ha comunicado alguno, en el diccionario del Partido Socialista no figura la palabra desánimo, pues mientras un solo ciudadano tenga necesidad o esté en situación de desigualdad, será necesario que haya socialistas que trabajen por un mundo más justo y solidario.

Respecto a los nuevos casos de corrupción, desde la Secretaría de Organización, se manifestaba lo siguiente: “ Los socialistas hemos dado la cara y la seguiremos dando, hemos expulsado definitivamente del partido a los usuarios de las “tarjetas black” de Caja Madrid; hemos presentado un paquete de más de 30 medidas contra la corrupción; hemos propuesto un código ético firmado por miles de militantes y cargos públicos del partido; hemos rendido cuentas y hemos sido contundentes.”

Por lo que respecta a Ceuta, el PSOE de Ceuta propone un Código de Buen Gobierno. José Antonio Carracao manifiesta que “el Gobierno se comprometa con este código, con esta imagen y con dar una respuesta contundente para acabar con lo que está sucediendo en nuestra ciudad. Los socialistas se cuestionan por qué el Sr. Vivas se oculta cada vez que hay cualquier atisbo de gestión deficitaria desde el punto de vista de la legalidad o poco transparente. No asume responsabilidades y no las hace asumir, como sería cesar al consejero García Castañeda por los asuntos destapados entre la Consejería de Medio Ambiente y la empresa Ecoceuta.”