Foto: Fundación Convivencia.
- Con Adolfo Suárez se va el primer galardonado por la Fundación Premio Convivencia.

Adolfo Suarez ha muerto. Su hijo anunciaba ante los medios de comunicación que sus expectativas de vida no se prolongarían por un mayor espacio de 48 horas desde el viernes 21 de marzo, por la mañana, y así ha sido. A sus 81 años, después de once desde que se le diagnosticase la enfermedad del Mal de Alzheimer e iniciase una lucha imposible contra ella. Una infección respiratoria insuperable ha puesto el punto final a su vida, según los facultativos que han atendido al que fuera el primer presidente de la democracia tras la dictadura franquista, entre los años 1976 y 1981 cuando presentó su dimisión.

Especialmente doloroso resulta este inevitable final para la Fundación Premio Convivencia de Ceuta y, por extensión, para todos los ceutíes. Y es que Adolfo Suárez González fue la primera personalidad distinguida con el Premio que da nombre a esta Fundación.

El Premio Convivencia Ciudad Autónoma de Ceuta 1999 le fue otorgado por haber contribuido de forma relevante y ejemplar al fomento de los valores de justicia, fraternidad, paz, libertad, acceso a la cultura e igualdad entre los hombres durante la transición política española.

El acto solemne de entrega se celebró en el Salón del Trono del Palacio de la Asamblea, con asistencia del premiado y de Madame Katerina Stenou, directora de la División de Pluralismo Cultural de la UNESCO, quien acudió en representación de Federico Mayor Zaragoza, entonces director general de la UNESCO; Josep Piqué, como ministro de Industria y portavoz del Gobierno; Jesús Cayetano Fortes, como presidente de la Ciudad; Juan Jesús Barroso, en aquel momento, consejero de Educación y Cultura de la Ciudad y presidente de la Fundación Premio Convivencia; y Eugeni Gay, quien era presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Unión Internacional de Abogados.

En el discurso de aceptación del premio, el expresidente disertó sobre el valor fundamental de la tolerancia, trazando un paralelismo entre el ejemplo de la población ceutí y el periodo de la transición política española.

El galardonado puso especial énfasis en la transición española: “Lo más importante, a mi juicio, que ocurrió en la transición política fue precisamente el reconocimiento y la comprensión del diferente, del que no piensa igual que yo en política, no tiene las mismas creencias, no se mueve por los mismos ideales, no ha nacido en la misma región y, sin embargo, no es mi enemigo sino mi complementario, el que completa mi propio yo como español y ciudadano; es decir; el descubrimiento de la tolerancia como piedra angular de la convivencia que dio como fruto la Constitución" afirmó. Acabó sus palabras con un mensaje esperanzador ante el futuro que aguarda, siempre y cuando se afronte, señaló, “desde la tolerancia, la democracia y la libertad”. Descansa en paz, presidente.