Sandra López Cantero

- Siento enormemente la imagen que se sigue dando de la política. Creedme, la política no es ni la mínima parte de lo que vemos en los medios de comunicación en relación a las detenciones.

La política es dedicar toda tu vida a cambio de nada, es saber que con tu entrega puedes mejorar la vida de la gente. Con el caso Loma Colmenar y el arresto de varias personas, tres de ellas miembros activos de la política, se ha vuelto a escuchar la frase de "todos son iguales" y no, me niego a dar por buena esta expresión que no concuerda con la realidad. Aun así, es cierto que para estar en política hay que tener la dignidad y la coherencia de asumir una responsabilidad y actuar según las consecuencias.

Que había una trama con las entregas de las viviendas era algo que se sabia pero que costaba demostrar, fue José Antonio Carracao en el 2014 quien, a la mínima oportunidad, denunció una presunta adjudicación irregular de las Viviendas de Protección Oficial, destapando que el Gobierno de Vivas “concedía viviendas a sus amigos del PP mientras cientos de familias malvivían sin ellas".

Pero ya en el 2010, junto a la que entonces era Secretaría de Política Autonómica, Carmen Ruiz, se adelantó a pedir la destitución de Antonio López por comprar voluntades a través de cartas. Lo repito porque creo que es nuestro deber como socialistas defender nuestro legado y he echado en falta la defensa al papel que desde la oposición se ha desarrollado durante todos esos años. Y lo hago porque no quiero que quede en saco roto al igual que ha quedado el hecho de no potenciar la resolución judicial hacia Premi o Jaramillo por el asunto de las carrozas de los Reyes, o la no comparecencia de Márquez por el tema del cementerio de Santa Catalina, cuestiones todas llevadas a fiscalía por nuestro anterior líder.

Y ahora vuelvo a la parte de la coherencia y la responsabilidad. Por responsabilidad, y como militante de un partido como el PSOE, exijo indiscutiblemente la dimisión del Presidente Vivas porque me cuesta creer que no sea conocedor del procedimiento de las entregas de las viviendas, ni de la cantidad de contratos y adjudicaciones que se hacen sin un proceso transparente. Y tras él la dimisión en cadena de Rabea, Susana y Mohamed Alí, personas imputadas por prevaricación, malversación de caudales públicos y falsedad documental, pero siempre con la carta por delante de la presunción de inocencia porque condeno los juicios paralelos así como las acusaciones infundadas delante de un micrófono.

¿Por qué digo esto? Porque entiendo que la imputación ya es motivo más que suficiente para dejar un cargo político, aunque luego se esclarezca que no seas culpable. Y no, a mí no se me caen los anillos por pedir esto sin necesidad de tener que titubear o ver como transcurren los hechos.

Y respecto a la otra virtud, la coherencia, y al igual que fui la que públicamente me negué al pacto de mi partido con Caballas para conseguir la Vicepresidencia a cambio de un trabajar porque, independientes de los motivos políticos de peso, de que no entiendo la política como un mercadeo, de que se hizo a espaldas de la antigua dirección a la que pertenecía y sin pasar por el Comité Regional, que es donde se aprueban los acuerdos y las decisiones de calado, vuelvo a visualizar la necesidad de romper de inmediato ese acuerdo porque es inviable pedir el cese del líder de Caballas y luego tenerlo en casa como miembro de confianza.

La política también son hechos, como hecho es el impresionante trabajo que está realizado la UDYCO a la que desde aquí le quiero dar mi enhorabuena.

Ahora espero que esto sea únicamente el comienzo del despliegue, como dije hace unos días, de la Torre de Babel.