Alfonso Pérez, profesor de Organización y Proyectos de Sistemas Energéticos

En un instituto de Ceuta de cuyo nombre no quiero acordarme no ha mucho tiempo que un ciclo formativo que con destornillador gastado sótano húmedo y talleres umbrosos desfacía el entuerto educativo en Ceuta con premios nacionales y trabajos con calidad.

¿Y que pasó mi señor? -preguntó Sancho, -pasó contestó D. Quijote, que por envidia el sabio encantador Frestón, gran enemigo del avance y la buena formación, el mismo que encantó mi biblioteca, hechizó a los virreyes, anulando a los dómines, poniendo el conocimiento en estado de invernación e injustamente congelado el ciclo de frío y el calor.

Mas las malas lenguas dicen que no hizo falta Frestón que bastó el deseo del virrey utilizando su bastón, mandó cerrar el conocimiento con enfado según parece por falta de sumisión.

Esto pasa mi señor por enfrentarse al rey y bien está lo que le pase que le pasará al cuidador, y es que “Cuando a Roma fueres, haz como vieres”.

A lo que D. Quijote respondió: Amigo Sancho te voy a contar algo tan cierto como ahora es de día y que ocurrió en la Grecia antigua y es que vivió un filósofo llamado Aristipo de vida confortable de adular al rey, que vivió hacia el 400 año antes del año de gracia de nuestro señor; encontrose con Diógenes que con su escudilla comía lentejas y así le dijo: “Si aprendieras a ser sumiso al rey, no tendrías que comer esta basura de lentejas”.

A lo que replicó Diógenes: “Si hubieras aprendido a comer lentejas, no tendrías que adular al rey”.

Y con esta y otras pláticas continuaron su camino hasta llegar a una venta a las afueras de la ciudad decidiendo pasar la noche.

Con el caballero andante durmiendo; los virreyes y cortesanos enjaularon al ciclo formativo por lo que a la mañana siguiente despierto D. quijote y viendo el cortejo de virreyes, cortesanos, dómines y discípulos, no pudo por menos que decirle a Sancho –que sepades que el ciclo va encantado en esta jaula por envidia y fraude de malos encantadores, que la virtud más es perseguida de los malos que amada de los buenos.

El cortejo iba seguido de sus discípulos que lagrimosos y apenados junto con sus servidores confinados lloraban por su ciclo congelado. Los virreyes sonriendo esperando que una vez por todas que los dómines y discípulos comprendieran que a los virreyes de la educación se les debe obediencia y subordinación. ¿Qué es eso de enseñar con eficacia si no está consentido?

Al ver llorosos D. Quijote a los dómines - le dijo a Sancho -mira esos servidores del ciclo solo se les puede decir que: Aquél que no defiende su puesto de trabajo cuando puede no debe quejarse cuando lo pierde.

En estas estaba D. Quijote reflexionado de las aventuras y cuitas acaecidas durante la jornada su interés en enderezar el entuerto presenciado a lo que en su loco pensamiento le llevó a la conclusión que dios había puesto en su camino el ciclo para enderezar entuerto. Con estas y otros pensamientos nuestro caballero llegó al siguiente convencimiento:

Nunca fuera ciclo formativo

Por directores peor servido

Que lo fuera climatización

Cuando Fruno Freón vino

Ineptos cuidaban de él

Desleales del su destino.