sandra arjona opi
Sandra Arjona con un pequeño en Málaga.
Noemí Carreto

El confinamiento ha dado para mucho, al menos para mí, me ha hecho conocer a personas excepcionales, que nos dan día a día una gran lección de lucha y superación cómo es el caso de Sandra Arjona. Esta chica además de de sufrir neurofibromatosis, la cual le produce tumores,  gracias a Dios hasta ahora benignos; es voluntaria desde hace ocho años, en el Centro Materno de Málaga,  para hacer la vida más amena a los pequeños que sufren leucemia.

Podríamos hablar de muchos casos, ya que hay 16 habitaciones, y  las historias que han pasado por ahí en estos ocho años os aseguro que os pondrían la piel de gallina. Pero no estamos aquí para hablar de eso. Estamos para recordad y animar a todo el mundo a que se haga donante de médula. Nos puede tocar a cualquiera, y no perdemos nada por hacernos donantes.

Es verdad que es muy difícil ser compatible, pero no imposible, y hablo desde mi propia experiencia. Antes del confinamiento contactaron conmigo porque era compatible con un enfermo de leucemia, por desgracia por la fibromialgia el cirujano no terminaba de verlo viable, y en ese momento se me cayó el mundo encima... Pensar que podría haberle salvado la vida a alguien y que esa oportunidad se había esfumado... Después de esto, el destino me ha puesto por delante a personas como Sandra, y me quedo con lo conclusión de que no puedo hacer otra cosa para ayudar, que el animar a todos los que aún no os hayáis hecho donantes a  que os hagáis. Podéis dar el mejor regalo del Mundo a familias, que día a día se levantan con la esperanza de que su hijo o hija encuentre un donante compatible. Hagamos que el porcentaje de curados de leucemia sea todo lo más cercano al 100%.

Esta lucha por aumentar los donantes de médula la inició el Gran Pablo Ráez, sigamos con su legado "SIEMPRE FUERTES". Que sus palabras no queden en el olvido, que sus hechos y movimientos por ayudar a subir los donantes no hayan sido en vano y sigan aumentando el número de donantes. Ahora más que nunca ¡Dona VIDA, dona MÉDULA!