Sandra López Cantero

Como socialista y defensora de la Ley de Memoria Histórica que impulsó José Luis Rodríguez Zapatero siento vergüenza que aún nadie, con representación institucional de mi partido, haya hecho algo para impedir que un símbolo inconstitucional se pasee tan libremente por las calles de mi ciudad. Sí, anticonstitucional, porque no voy a perder ni una línea de esta nota para explicar que lo es.

Aunque dirán que otra vez está ésta con este cuento, la realidad es que otro año más ni el Gobierno de la Ciudad ni la oposición han movido ni un solo dedo para que Ceuta cumpla con la Ley de Memoria Histórica. 

¿Y por qué no lo han hecho? Porque están cavilados en la caja de votos que tienen que llenar de cara a una elecciones, olvidándose por completo del sentido democrático que marca un Estado al que luego todos pedimos respeto cuando se vulneran otras cuestiones que sí atentan nuestro estatus, ya sea el de la unidad de España con la consulta catalana o ya se refiera al machismo con el caso de Juana Rivas. Lejos de entrar en una confrontación y enaltecer mis sentimientos republicanos, esos que me enseñaron a saborear el placer de luchar por una utopía, la misma que te hace avanzar en un camino lleno de cascajos, lo único que se pide con nuestra denuncia, ni más ni menos, es velar por el cumplimiento de la legislación. 

Este Sábado la Virgen de África y la Patrona de Ceuta ha salido con el manto que representa a la dictadura franquista, es decir, con el escudo del águila de San Juan y la leyenda Una, grande, libre. Para mí no hay excusa que digan que esto es una tradición de toda la vida, puesto que la ablación también lo es y no por eso vamos por ahí defendiéndola. Creo que la tutela de unos principios deben de estar ligados a la creencia de una verdad y sobre todo de una justicia, y no tolero que diputados socialistas vayan o hayan ido detrás de esa Águila que tanto dolor y sufrimiento trajo.

Para mí es insultante que miembros de la Asamblea miren para otro lado puesto que tienen las herramientas oportunas para tratarlo en un Pleno o en una Comisión específica y así estudiar vías alternativas para que este manto no se exhiba en la procesión. De lo contrario es una falsedad acudir, como hizo el Secretario General del PSOE de Ceuta, el Día de la República al cementerio a conmemorar a las personas fusiladas y luego agachar la cabeza con el símbolo que contribuyó a esos fusilamientos.

Es una enorme decepción que Manuel Hernández, sabiendo lo que significa este manto, le haya dado igual tantos y tantos años de lucha y represión. Sé que han sido muchos los integrantes de mi partido los que cuando han conocido este manto han dejado de ir, pero parece ser que “el nuevo PSOE” prefiere tirarse al barro de la desesperación por el poder.  

Y no, no es el calor, tampoco temo a que me expulsen por decir esto, pero creo que el papel de líder socialista le queda muy grande. 

Por eso, siguiendo con lo que lleva días doliéndome en el alma, y en el lado inverso, mis compañeros y yo seguiremos luchando para pedir la retirada de este escudo, no solamente en memoria de quienes siguen en las cunetas simplemente por defender unas ideas, una ideología, unas creencias, sino por respeto a la propia Virgen que nada tiene que ver con los peores años de España. 

Es el PSOE quien debe liderar la bandera de la igualdad, la libertad y la fraternidad. A veces hay líderes que no saben ni donde están, únicamente están.

Para cerrar: ¿Por qué no os preocupáis de cosas más importantes? Eso es lo que dicen curiosamente los que luego nunca inundan las calles cuando hay manifestaciones o reivindican con sus votos el cambio. 

Tampoco los que se indignan por la corrupción. 

Y no es que no nos preocupemos de otras cosas, es que ellos no se preocupen cuando lo hacemos. 

Nada es incompatible.