Antonio Gil Mellado

El concepto de “Economía Plateada”, al menos para mí, es un concepto que nunca había oído o leído. Recabando información le encontré sentido: está relacionado con la generación de la que se dice no les pesan los años. Adquiere este nombre por las canas de aquellos que nacieron entre los años 50 y 60, son los que dicen sentirse con la vitalidad de sus hijos, al menos, eso es lo que se desprende de alguna que otra encuesta.

Cierto es que esta generación es la más valorada, reconocida por todos como la responsable del mayor cambio evolutivo que se ha producido en todo el mundo. Pues bien… ahora encima, con nombre propio debido a las consecuencias que lleva aparejada su propia existencia y de la que, según muchos organismos incluidos los oficiales, se trata de un colectivo que “dispone de más tiempo libre, sobre todo aquellos que están jubilados/as, poseen más renta y patrimonio y una expectativa de vida mayor”, entre otras.

En torno a este grupo de ciudadanos se abren, cómo no, nuevas expectativas de negocios, -de ahí lo de “Economía Plateada”-, que están relacionadas con todo lo que conlleva dado su potencial económico, como son los servicios y productos más específicos y de forma personalizada. A estos esenciales ciudadanos ya los tienen estudiados y ven en ellos las posibilidades de hacer distintos negocios que tienen que ver con el ocio, los viajes, las telecomunicaciones, la banca, la alimentación, etc.

No obstante, pienso que poner demasiado optimismo en esta circunstancia conduce a poco ya que esta economía, junto a esta generación, quedará encapsulada en el tiempo y las siguientes serán mucho menos productivas. Los hay que incluso piensan que el futuro pasará sí o sí por este tipo de economía, es decir, por los mayores.

Sinceramente creo que ya sea la economía colaborativa, ecológica, circular, global o todas juntas, si no se invierte la pirámide poblacional, se incentiva la natalidad y se aborda adecuadamente el fenómeno de la inmigración, junto a la necesaria corrección que de los efectos adversos que produce la globalización, estaremos empantanados en términos y teorías toda la vida.

Un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reveló que en 2018 los mayores de 65 años “superaron en número a los menores de cinco en todo el mundo” y todo indica que esta tendencia continuará a lo largo de las próximas décadas. Que en nuestro país tengamos una baja natalidad no es, como dicen, por la contención de la fecundidad propia de las sociedades más desarrolladas, no; es por los escasos recursos de nuestros jóvenes, la precariedad laboral y el desempleo. Algo que tenga que ver con el sentido común habrá que hacer antes de que sea demasiado tarde, ¿no creen?