Vergüenza ajena porque participar en un cercano futuro en unas elecciones con representantes de los ciudadanos que de una u otra manera están propiciando el enfrentamiento entre españoles de diferentes culturas.

Nos produce esta situación:

1.- Incredulidad porque el Sr. Vivas que es el que dirige los destinos de Ceuta, no ha sabido elegir a la persona más preparada para una Consejería de incalculable trascendencia en la Ciudad, provocando una respuesta que podría haber causado o causar disturbios en la ciudad. Y también porque en estos momentos no es posible determinar si es la opinión del gobierno de la ciudad lo planteado a nivel institucional por la exconsejera. Puede parecer que no porque la dimisión ha sido aceptada inmediatamente, pero las dudas quedan en el aire, ya que la exconsejera es una persona de gran experiencia y antigüedad en el Partido Popular.

2.- Injusticia y sinrazón: porque el Sr. Vivas no ha sido justo en las formas dando su salida del cargo a Carolina Pérez, que sin duda ha trabajado duro por el P.P. durante muchos años, y sin embargo permite que existan en su gobierno y casi en su regazo exgilistas, ex miembros de Ceuta Unida, y exsocialistas, que han trabajado para estar en el gobierno de la ciudad pero no por un proyecto político, que aunque no compartamos, precisamente ocurre porque el Sr. Vivas no es un hombre de ideología de partido, sino que es un hombre del poder. Conseguir el poder y mantenerlo a toda costa lleva a todas estas cosas. Debió realizar una comparecencia inmediata tras admitir su dimisión.

3.- Repugnancia porque otros partidos han utilizado este suceso como bandera del racismo, llegando a convocar concentraciones, pidiendo hasta el acta de diputada, que el único que la entrega o la quita es el pueblo de Ceuta, o los tribunales. Y Carolina Pérez con la que no me une ninguna amistad no es una delincuente, ni una tránsfuga como sí lo son algunos de los miembros del PP, incluso en el gobierno. Y sin duda, merece su cese en el cargo. Tampoco pueden alardear aquellos que apelando a la igualdad consiente la existencia en su seno de grupos con características culturales y étnicas, como un grupo árabe en un partido político.

4.- Mendacidad, porque este era el momento para poder reducir los cargos en la Asamblea, excesivos sin duda, reorganizando el gobierno y reduciendo las consejerías. Nos vuelven a mentir porque se iban a reducir cargos y estamos como siempre.

5.- Desesperanza y pesimismo: Rabea Mohamed también se equivoca porque ella no está para lo que el gobierno y el partido le diga sino para lo que necesitan los ciudadanos. Que por cierto en el área de asuntos sociales en Ceuta es mucho, y si va a seguir los dictados del gobierno del P.P. los resultados seguirán siendo los mismos: más analfabetismo, más paro, más pobreza, más marginación social. Seguiremos con el gueto de El Príncipe hasta que la situación social sea insostenible. Ir a pedir a Madrid mientras aquí se derrocha en energía eléctrica, se cambian farolas, aceras, flores cada dos por tres y los pobres seguirán siendo pobres y los parados seguirán parados. Eso sí, un poco más cabreados cada vez.

Por todo eso desde UPyD no podemos más que volver a decir que mezclar religión y cultura con paro y pobreza es muy “peligroso”. Se lo dijimos al Sr. Vivas y ahora se lo decimos al Sr. Alí y al Sr. Aróstegui.

UPyD está por la concordia entre culturas, y por el laicismo, dejando en la esfera de lo privado la religión, como expresamos en nuestro manifiesto político y hemos mantenido en nuestros programas políticos. Y por eso además de nuestra lucha por la regeneración democrática de Ceuta y España, y la igualdad efectiva de los españoles, seguiremos trabajando para intentar reactivar la economía de Ceuta, reducir el paro, la pobreza, el analfabetismo, el fracaso escolar y la marginación social de cualquier índole. Porque eso es lo que les importa a la ciudadanía y no las peleas entre políticos que a fin de cuentas son estériles.