En la celebración del Día Mundial del Alzheimer, más que celebración yo lo llamaría reivindicación, quiero acordarme de todas esas personas que lo sufren y de l@s cuidadores, familiares o sanitari@s, que cuidan de ell@s. No hablo por hablar, he oído más de una vez que esta enfermedad es consecuencia de que vivimos mucho más que nuestros antepasados, pero, yo creo que no es ese el motivo y os explico porque:

Mi abuela Ángela murió con 83 años, al igual que mi suegro, y tuvieron una lucidez total hasta el último día de su vida.

Mi tío Frutos y mi tía Sara vivieron hasta los 92 años y para mí quisiera la lucidez y los razonamientos que ellos tenían.

Sin embargo mi madre, María Miaja, mujer luchadora y con ideas totalmente claras, en diez meses se deterioró tanto físico como mentalmente que los últimos meses de su vida había que darle de comer con una jeringuilla porque no podía deglutir alimentos sólidos, ni siquiera en papilla y no tenía autonomía ninguna, era una persona totalmente dependiente. Falleció a la edad 85 años y hasta los 84 fue una mujer excepcional. La enfermedad fue tan rápida que no lo podemos comprender.

Mi marido falleció a los 69 años y llevaba los dos últimos necesitando ayuda para todo, comenzó cayéndose en la calle, pensaba que había tropezado, y terminó siendo una persona totalmente dependiente, no pudiendo tomar líquidos y con todas las consecuencias propias de una PSP, enfermedad poco conocida pero que es una mezcla de Alzheimer y Parkinson.

Mi cuñada, que aún vive, comenzó hace unos años a olvidarse de las cosas y ella misma se reía diciendo: “Esto es, ya, la vejez” ella que siempre quiso vivir en su casa, hoy tiene que depender de sus hij@s porque no tiene la autonomía suficiente para hacerlo sola.

Ell@s lo pasan muy mal al principio, pero después no se dan cuenta de lo que les ocurre y quienes sufren al verles de ese modo son los familiares, marido, mujer, hijos, nietos, etc. que no conocen a la persona que están cuidando por que en nada se parece a la que fue.

En este Día tan señalado quiero recordar a tod@s que esta es una tarea diaria que a veces se hace insoportable y hay que tener mucho amor y entrega para poder soportarlo.

Todo mi apoyo a es@s héroes anónim@s que día a día cuidan de esos familiares que si no fuera por ell@s estarían totalmente desamparados.

También quiero tener un recuerdo para los gobernantes que tienen tan ralentizada la Ley de Dependencia que la mayor parte de las veces cuando la concede la persona ha fallecido.