Juan Carlos Trujillo

Los Presupuestos de la traición no solo acercarán al País Vasco a los asesinos de la banda terrorista ETA encarcelados en prisiones españolas como pago al apoyo de EH Bildu, o excluirán el español como lengua vehicular en toda España en pago al apoyo de ERC, sino que también incluirán la mayor subida de impuestos a las clases medias de nuestra historia democrática. Aunque para la posteridad quedará la declaración de intenciones de los amigos de los terroristas a través de su portavoz en el Parlamento Vasco: “Nosotros vamos a Madrid a tumbar definitivamente el régimen en favor de las mayorías y los pueblos”.

No han tardado en dar a conocer sus planes a medio y largo plazo: Arnaldo Otegi, máximo responsable de EH Bildu, miembro de la banda terrorista ETA, condenado hasta en cinco ocasiones por diferentes delitos, ha manifestado que su apoyo a los Presupuestos forma parte de una estrategia en el proceso iniciado para crecer como país y alcanzar finalmente la República Vasca. Aunque para alcanzar este objetivo primero tendrán que derribar junto a sus socios de coalición la Constitución Española de 1978, y más concretamente el Título Preliminar en su totalidad, el que enumera los derechos y deberes que corresponden ejercer a los españoles.

Quizás es momento para recordar cómo la II República se proclamó sin referéndum, sin apelación a la soberanía popular. Porque nadie decidió que el 14 de abril un grupo de personas asumiera el poder, el autoproclamado “Gobierno Provisional”, y dictara un “Estatuto” de funcionamiento que asumiera todo el poder, un verdadero golpe de Estado contra la monarquía de Alfonso XIII. Jamás hubo más censura de prensa que durante la II República, ni existieron mayores ataques contra los derechos y libertades de los españoles que en aquellos convulsos años. Recomiendo leer la obra de los historiadores Roberto Villa García y Manuel Álvarez Tardío “1936: Fraude y violencia en las elecciones del Frente Popular”.

El “Comité Revolucionario” formado por socialistas, populistas, independentistas secesionistas, amigos de terroristas y radicales está aquí con la intención de repetir los mismos errores de nuestro pasado más turbulento. Frente a estos, solo cabe la unidad responsable y comprometida del centro derecha español y de aquellos ciudadanos partidarios de la España constitucional a través del dialogo, de la negociación y el consenso. El Gobierno del Cambio de Andalucía nos ha devuelto la esperanza a través de la aprobación de los Presupuestos más sociales de su historia democrática, un documento consensuado por un centro derecha que tan solo busca el bienestar de todos los andaluces sin exclusiones. Este gobierno autonómico se ha consolidado como un Ejecutivo que debe ser el espejo en el que mirarse el resto de los españoles de bien. España merece el esfuerzo.