25 de noviembre, hoy es el Día internacional para la lucha contra la Violencia de Género y todos los actos de todas las Instituciones estarán centrados en dar un mensaje de tolerancia cero al maltrato. Hoy todo el mundo se acordará de María, Lucía o Soha. Hoy todo el mundo pondrá su grito en el cielo, se vestirá de lila y dirá que está en contra de esta lacra que nos humilla como sociedad.

Pero luego, son muy pocos los cargos públicos que estarán a la altura de las circunstancias.

Se ha hecho una Ley, sí, y esa Ley hay que mejorarla, pero de nada sirve aumentar las medidas si luego la sensibilización y la concienciación falla. No seamos falsos y digamos claramente que la Violencia de Género no ocupa las agendas de quienes nos representan porque si estuviera en la agenda, ¿no se hubiera hecho un Protocolo de Coordinación en Ceuta desde que se propuso en el 2011? Cinco años de lagunas en una tierra como la nuestra. Una tierra que vive gracias al voluntariado y a las gestiones de las asociaciones.

Luego, por otro lado, hemos normalizado ciertas conductas y hemos justificado ciertos actos que impiden erradicar un terrorismo de género que no acaba, que parece que no duele y que creemos que no va con nosotros. No ha dicho hoy Rajoy que "hay que acabar con vuestro problema" ¿Perdona? Otro lapsus de tantos que tiene porque este problema es de toda la sociedad, de él mucho más.

Casi todas las mañanas nos levantamos con un asesinato y nadie, absolutamente nadie, o muy pocas personas se arman de valor para decir basta ya, hasta aquí.

¿Y los menores donde sus madres han logrado salir del ciclo pero éstos tienen que volver a la casa donde se ejerce la violencia y el control?

¿Cómo vamos a querer erradicar la Violencia de Género si luego los niños viven con ella?

¿Cómo es posible que se siga permitiendo que un hombre condenado por maltrato siga teniendo derecho a visitas? ¿Cómo es posible que se de la custodia compartida cuando hay antecedentes por Violencia de Género?

¿Cómo es posible que nos choque, si es que nos duele, sólo los asesinatos cuando esta violencia es un continuo de control, que va desde la parte económica a la social, pasando por la psicológica y la sexual?

Nos falta mucho por aprender y yo no me voy a dar por vencida para que, aunque me llamen loca, muera por esta lucha.

Y termino pidiendo una medida: no permitamos nunca que la víctima, aunque ya haya terminado la condena hacia su maltratador, pueda tener algún tipo de contacto con él. Permitirlo es una crueldad que explica que no sabemos qué significa esta tortura.