Miguel R. Calderón

Hace unos años, cuando la Policía estaba siguiendo las andanzas fiscales del “molto honorable” Jordi Pujol, advirtiéndole que la UDEF estaba al tanto de sus desmanes, Pujol, en un arrebato de ira dijo: ¿“Y qué coño es eso de la Udef”?. Le explicaron entonces que era la Unidad de Delitos Fiscales de la Policía.

Pues bien, siguiendo un paralelismo, si le preguntáramos a un viandante cualquiera, :”qué c… es eso del lenguaje inclusivo”, ¿qué respondería? Si acudimos al DRAE encontraríamos que la expresión susodicha se refiere al uso del lenguaje no sexista.

El feminismo de pacotilla, ése que es más rancio que un aceite caducado, ya, en época de Zapatero, empezó a dar la tabarra con el lenguaje sexista o machista, como bien hacían hincapié en sus desvaríos lingüísticos estas matriarcas del posmodernismo.

Poca gente recuerda, que fue Carmen Romero, a la sazón esposa de Felipe González, Presidente del Gobierno, la que, cuando ejercía como profesora de Lengua en un Instituto de Conil (Cádiz), instruía a sus alumnos hablándoles de los “jóvenes y las jóvenas”.

Bastantes años después, en 2008, y con el gobierno de Zapatero en La Moncloa, fue nombrada Ministra de Igualdad, Bibiana Aído. Esta indigente intelectual, en su afán por erigirse en adalid de un feminismo rampante, dejó algunas perlas para la posteridad; “ Quizás veamos muy pronto en el diccionario la palabra “miembra”; o ésta otra: “ Vamos a crear una biblioteca para y por mujeres”.

La lumbrera de Alcalá de los Gazules, trabaja hoy en día en la ONU como representante de Mujeres de Ecuador bajo el enchufe que le proporcionó en su momento la ex presidenta de Chile Michelle Bachelet.

Y ahora otro escenario. Imaginen por un momento un aula de un colegio público. Los alumnos, ese día, están revoltosos. Ante el jolgorio de la clase, el profesor o la profesora dice: “ A ver niños, por favor, silencio”. Craso error. Ha metido la pata. Ha dicho “niños”. Sólo los varones estarán obligados a obedecer la orden. Las niñas están exentas y podrán seguir cotorreando. Para que su mandato hubiese obtenido un éxito cien por cien, el docente o la “docenta” tendría que haber dicho ;” Niños y niñas, por favor…” (aplicación del lenguaje inclusivo).

¿Qué dice la R.A.E. al respecto de esta gilipollez?. Pues que la actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va en contra del principio de economía del lenguaje y que deben evitarse estas repeticiones absurdas: niños-niñas, alumnos-alumnas, ciudadanos-ciudadanas etc. al menos por dos razones: a) Porque generan dificultades sintácticas y de concordancia; b) Porque complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos.

Cuando decimos ,“los alumnos”, es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto, aunque el número de alumnas sea superior al de alumnos varones. El lenguaje inclusivo pretende acabar con el supuestamente lenguaje sexista o machista, `para imponer este modelo absurdo e ineficaz, como bien proclama la RAE. Por si no quedara claro el ejemplo, la Academia continúa:” la mención explícita del femenino sólo se justifica cuando la oposición de sexos es relevante en el contexto”. Ejemplo:” El desarrollo evolutivo es similar en los niños y niñas de esa edad”.

José Manuel Blecua, que fue director de la Real Academia Española desde 2010 a 2014, ofreció en su día su parecer sobre este tema:” lo de ciudadanos y ciudadanas es sólo una moda de los políticos”. Y sobre todo entre los de la izquierda. En el PSOE andaluz, por ejemplo, cuando Susana Díaz pilotaba el gobierno autonómico, el “andaluces y andaluzas” era una regla de oro de obligado cumplimiento al comienzo de cada discurso.

Para comprobar las “bondades” del lenguaje inclusivo, o no sexista, he aquí un texto simple adaptado al modelo, basándose en una noticia durante la etapa de confinamiento que los ciudadanos hemos padecido.

“Ayer fue un gran día para muchos/as ciudadanos/as de este país. Los miembros del gobierno reunidos/as en Consejo de ministros/as acordaron que, a partir del domingo, día 26 de abril, podían salir a pasear una hora, los niños/as acompañados/as de su padre o su madre, y dentro de poco del abuelo/a que podrán disfrutar así de sus nietos/as. Guardando la distancia social adecuada podrán conversar con los/las compañeros/as de clase y con otros/as alumnos/as de otros centros”. Y con un poco de suerte podrán saludar a sus primos/as, amigos/as y otros miembros /as de la comunidad”.

En fin, para que seguir; esto es lo que el feminismo progreta nos ha traído. Y ha llegado para quedarse. Sin embargo, la Academia ya advirtió en su momento que: ”Si se aplicara en todos sus términos más estrictos este lenguaje inclusivo, no se podría ni hablar”. Pues eso.