- Como ya es sabido y tengo la intención de seguir insistiendo hasta la saciedad, este es uno de los temas cruciales para la ciudad, y por lo tanto un asunto en el que no se puede bajar la guardia y donde los responsables del área deben emplearse con firmeza y diligencia.

Unos responsables que tienen nombres y apellidos y que se ubican bajo la autoridad de la Consejería de Presidencia, dirigida por el señor Hachuel encargada de coordinar la acción entre otras del área de Gobernación, Policía Local y oficina de estadística, áreas todas ellas esenciales en el control exhaustivo de estos empadronamientos.

Un problema este con unas consecuencias que se visualizan a la perfección y que nos llevan directamente a muchos de los problemas que vivimos día a día, desempleo, ayudas sociales, educación, sanidad o falta de viviendas entre otros, algo que es real y evidente pero que parece invisible para aquellos que tienen el deber en ponerle solución, y no sólo a quienes tienen las obligaciones del gobierno, sino de una oposición situada abiertamente en la demagogia para quienes lo único que parece importar es que pongan un día festivo en una fecha determinada, en lugar de buscar soluciones y aportar ideas para resolver la angustiosa situación por la que atraviesan esas cantidades ingentes de desempleados que posee la ciudad.

Es ahí donde deben fijar sus miradas y no en cuestiones que solo sirven para desviar la atención y generar nuevos problemas donde antes no los había, importándoles bien poco nuestra tradicional convivencia en la búsqueda de un rédito político y electoral, que creen conseguirán incendiando los ánimos y creando tensión entre los ciudadanos. Está claro que para estos cuanto peor vayan las cosas y más insostenible sea la situación para las personas, mucho mejor para sus intereses, de ahí esa sospechosa inacción a la hora de denunciar esa invasión silenciosa que padecemos, pues la llegada de cientos de personas desde el otro lado de la frontera para asentarse en una ciudad exhausta económicamente, solo puede generar más tensiones sociales que a buen seguro serán aprovechadas por aquellos que han hecho de la cuestión asistencial todo un programa político, a la espera claro está de que todo esto estalle y así de ese modo manejar la barca a su antojo para llegar a ese puerto donde muchos vemos claramente que algunos y algunas pretenden arribar.

He aquí la razón de que tengamos la obligación de insistir en el asunto y en esta ocasión pedirle al señor Hachuel, que diga alto y claro y no como portavoz del Gobierno sino como responsable de esa Consejería, si está preparado para buscar una solución o tiene que esperar a que otros le dirijan la tarea, pues como sigamos perdiendo más y más tiempo, el remedio ya será tardío, aunque claro que para cuando eso ocurra, algunos ya no estarán aquí y andarán disfrutando en algún que otro lugar de la geografía patria del dudoso honor de haber sido en estos últimos quince años el que con su inacción y estulticia ha echado toneladas de tierra sobre el futuro de Ceuta.