- El Partido Popular se presenta a las Elecciones Generales habiendo cumplido con la promesa electoral planteada de salvar a España de la quiebra y de la intervención de la economía cuando en 2011, con un Gobierno progresista de izquierdas, el déficit era del 9,3%, se destruía empleo a un ritmo del 11% y España iba a la deriva.

Hoy el déficit es del 5%, somos el país que más crece en Europa y en el que más empleo se está creando pese a las críticas provenientes tanto de quienes nos llevaron a estas cifras, como de las centrales sindicales mayoritarias que ya han expresado su apoyo incondicional a un nuevo Ejecutivo de izquierdas.

Desconozco los motivos reales de su apoyo, pero así ha sido tradicionalmente a lo largo de nuestra historia. Centrales sindicales que siempre defendieron a ejecutivos progresistas de izquierda que dinamitaron nuestro Estado del Bienestar al llevarnos a las peores cifras de desempleo. Centrales sindicales que guardaron el mayor de los silencios ante los mayores ataques sufridos por los trabajadores a lo largo de nuestra historia democrática, pero sin embargo se lanzaron ferozmente contra los gobiernos del Partido Popular, que acometieron las reformas necesarias para solventar los gravísimos problemas generados por los dirigentes progresistas que ellos protegian.

Para desenmascarar a estos personajes les planteo dos sencillas preguntas: ¿Quién puede permitirse criticar cuándo estamos a punto de bajar de los cuatro millones de desempleados? y ¿dónde estaban estos dirigentes cuándo se destruia empleo a un ritmo del 10% anual? Resulta paradógico que hoy, cuando estamos creciendo a un ritmo de entre el 7% y el 8% anual, critiquen la gestión desarrollada en los últimos cuatro años, mientras mantenian el más absoluto silencio cuando se destruia. No obstante, y aunque estamos en la buena dirección, aún queda mucho trabajo por hacer hasta alcanzar el objetivo planteado de 20 millones de personas trabajando en el año 2020. Frente a las críticas demagógicas, cifras y datos