Think Tank Hispania 1188

 

La pregunta que debería suscitarse después de leer el título es ¿está nuestra economía europea situada en el marco capitalista verdaderamente? Una práctica tan gramsciana como la de repetir un (falso) postulado hasta convertirlo en cierto ha sido la culpable de confundir a todo un mundo y hacerle pensar que, realmente, nuestro sistema económico está fundamentado sobre las mismas bases que sostenía John Locke o el mismo Adam Smith. Cuando para nada es así… ¿O es qué estamos en la misma línea de acción que Juan Ramón Rallo o el profesor Rodríguez Braun? Reflexionen.

En los últimos días es común ver a los medios dedicando columnas a las grandes tecnológicas con el único objetivo de criminalizarlas e intentando llevarlas ante los tribunales. Apple y Google han sido los primeros afectados (aunque no tardarán en ir a por las demás), en este caso, el Partido Demócrata en los Estados Unidos de América se ha topado de frente con un mercado muy llamativo para su control pero que se les escapa de las manos. Tras la adquisición del genio sudafricano de Twitter se han disparado todas las alarmas y es que, cada vez que este asperger se inicia en algo, lo revoluciona. Ante esta situación de descentralización y libertad, las filas demócratas se muestran despavoridas. Esa simbiosis que beneficiaba a ambos, como creo recordar que ya pasó en las últimas elecciones entre Trump y el distraído Biden, peligra.

El sector de buscadores y las redes sociales hizo que se pasase a un sistema corporativista desde la llegada a la presidencia de Bill Clinton, a cambio de hacerle el trabajo sucio durante su etapa en la Casa Blanca. Solo hay observar detenidamente para ver cómo los políticos del ala más socialista han puesto la Cámara de Representantes y el Senado a merced los intereses de estas grandes multinacionales durante décadas, ahora pretenden acabar con lo que no deberían haber favorecido: el monopolio tecnológico. Hace años debieron haber segregado esas empresas matrices para no dejarle concentrar un alto dominio monopolístico y la imperativa necesidad de usar sus servicios por ser los únicos disponibles, ya es muy tarde... A ver cómo resuelven la situación sin enfadar a los residentes de Silicon Valley.

Los monopolios y oligopolios son contrarios y altamente perjudiciales para el capitalismo, corrompen sus ideales de base. No hay mucha diferencia (aunque nos intenten convencer de que sí) entre el sistema económico de China y Estados Unidos. Me explico: en China cuentan con un mercantilismo social capitalista donde han construido empresas monopolísticas al amparo del gobierno. Y en Estados Unidos, donde presumen de contar y cumplir con las bases de la Escuela Austriaca de Economía, siguiendo la línea de von Mises o de Hayek, los demócratas han favorecido de igual forma durante años a Apple, Microsoft, Facebook… Cuando para garantizar el cumplimiento de lo ideado por el fundador de la escuela o el Premio Nobel, deberían ser divergentes. Es una auténtica paradoja.

El exceso de regulación y la abundante burocracia son conceptos totalmente antagónicos con el capitalismo. Sin embargo, los legisladores europeos tienen sus miras en la elaboración de los distintos estatutos medioambientales y ecologistas. No necesitamos burócratas de oficina, sino más masa emprendedora pero esos trámites se lo impiden. Debemos crear un ecosistema atractivo para que puedan poner a competir sus proyectos cuanto antes.

Es por eso que, sobre todo, en España, somos el furgón de cola de Europa y no es por otro motivo que por la legislación en demasía. Nos quedamos esperando que el progreso venga del otro lado del charco o de países vecinos. ¿Será por la imposibilidad regulatoria tal vez? Así, nunca seremos punteros en nada, la lucha por el progreso de las nuevas tecnologías se está disputando entre los países asiáticos y California (aunque hay un claro éxodo hacia Texas y Florida por las políticas llevadas a cabo por Abbott y DeSantis), mientras Europa se muestra ajena. La normativa deberá ser más laxa y fomentar ese talento en cualquiera de las materias, solo si realmente ansiamos volver a ser la primera potencia económica mundial. Mientras tanto, el país americano habrá de dejar que nuevas ideas surjan y puedan desarrollar su proyecto sin ninguna limitación por la influencia que estos gigantes tecnológicos puedan tener.

Es el momento del cambio y del avance. Del avance hacia la descentralización, la tecnología Blockchain, la Inteligencia Artificial…