- Ya era hora de que se hablase de cosas reales y este asunto de los empadronamientos e invasión silenciosa derivada, esta claro que lo es; un problema tan evidente que al final dos de los partidos presentes en la Asamblea, han tenido que entrar en disputa para aclarar un asunto que viene ahogando a esta ciudad desde hace bastante tiempo.

Y no será porque desde el Grupo Verde no hayamos insistido en un tema que, por lo menos para nosotros, revestía una importancia vital para el futuro de la ciudad.

Eso sí, queremos dejar claro que con nuestra denuncia, en ningún caso hemos pretendido evitar que aquellos que por derecho fueran justos receptores de servicios o ayudas, pudieran optar a ellas, sino más bien lo que buscábamos era poner de manifiesto una realidad caracterizada, por un lado por la mala praxis que, en todo esto de los empadronamiento, se venia produciendo por una autoridades incapaces de hacer cumplir lo estipulado por la norma y por otro por el abuso auspiciado por aquellos que han visto en ello una forma de hacer negocio o sacar el correspondiente rédito político.

Ahora bien, la cuestión en estos momentos reside en el hecho de que, al parecer, los mismos de siempre quieren imponer algo que por ley no es posible. Estaba claro que mientras esto de los empadronamientos era una “viña sin vallar” esos que ahora piden cuentas callaban, pero cuando al fin se empiezan a hacer las cosas con cierto criterio, montan en cólera y provocan el correspondiente choque de trenes. Y eso pudimos comprobar en el pasado pleno, al ver como algunos cuyos intereses políticos y económicos residen en que todo siga igual, al atisbar la corrección del rumbo en esta materia por parte del gobierno, hacen saltar los resortes y les atacan directamente por intentar cumplir con la legalidad vigente.

¿Ahora que dirán los que nos han tachado de ser unos agoreros, afirmando que este no era un problema de tanta trascendencia?, la verdad es que poco nos importa, la cuestión es que teníamos razón y por tal motivo insistimos en denunciar ante los medios la política errática que se venia aplicando sobre este tema de los empadronamientos, ahí esta la hemeroteca. En este sentido también y por supuesto después de mostrar a la señora Bel en mas de una ocasión nuestro punto de vista, cabe destacar que fue durante su mandato como Consejera cuando se empezó a tomar cartas en el asunto, dándose de baja en tan solo dos años, mas de ocho mil de esos empadronamientos fraudulentos.

No hay que olvidar que toda esta situación, venia poniendo en serio riesgo nuestras capacidades y solvencia en materia de prestaciones sociales, vivienda, gestión eléctrica, suministro de agua, sanidad, educación y muchos otros servicios que ya se mostraban totalmente colapsados, a lo que habría que añadir la descomunal tasa de paro existente en una ciudad totalmente incapaz de poder dar respuesta a la marea humana que se había ido asentando en ella durante todos estos años de descontrol en los empadronamientos.

Siguiendo en esta línea aunque cambiando de tercio, en unos de mis últimos artículos, en el que denunciaba el problema de los polígonos del Tarajal, decía que era tal la dejadez existente en esa zona, que o se tomaba una solución a la mayor brevedad posible o el tema revestiría tintes dramáticos en un futuro no muy lejano. Pues del mismo modo que hemos hecho con lo de los empadronamientos, vamos a seguir insistiendo una u otra vez en esta cuestión, congratulándonos al observar que de nuestra constancia, surgen las primeras respuestas destinadas a paliar otro de los desaguisados que también están hipotecando el futuro económico y productivo de esta ciudad.

Lo tragicómico de todo esto, es que luego dirán algunos que nuestro desarrollo turístico puede venir de Marruecos, si es así, que me expliquen que facilidades se les da a esos potenciales visitantes marroquíes que cuando se acercan a nuestra frontera se encuentran en medio del caos y de colas interminables, es evidente no ya solo que no vuelvan, sino que desanimarán a otros que a su vez les muestren su interés por visitarnos.

En cualquier caso que a nadie le quepa la menor duda de que seguiremos defendiendo los intereses de Ceuta y de sus ciudadanos, especialmente cuando comprobamos que aquellos a los que incomprensiblemente eligen una y otra vez para representarlos en las instituciones no muestran interés alguno en ello.