Julio C. Pacheco

Una vez me contaron la historia de un galgo. Éste era el más veloz. Un campeón nato. Rápido, ágil, de proporciones perfectas para cortar el aire. En las carreras salía a competir y no había ningún otro ejemplar que fuera capaz de hacerle sombra. Todos apostaban por él hasta que un buen día –en su mejor carrera- se lanzo sobre la liebre, la atrapó descubriendo el engaño. Desde entonces nunca volvió a hacer una buena carrera. Perdidas varias llegó su día, el día en el que el malnacido de su dueño decidió ahorcarlo en un árbol. Supongo que la moraleja es que el conocer la verdad siempre tiene su precio.

Ya con más de cincuenta tacos pasados nunca me he sentido cómo un galgo triunfador, más me parece haber sido el burro al que le ponen la zanahoria delante o le aplican algún tipo de acicate para que siga la senda por la que tiene que circular  la gente de orden. Y creo que a estas alturas me apetece poco que en mi epitafio tan sólo rece: “Fue un señor obediente que nunca protestó por nada. Lo domesticamos bien.”.

Y lejos del espíritu de lo que los actuales niñatos malcriados y maleducados por una sociedad que vivimos tras una pantalla que nos ciberalimenta y nos pretende dirigir; no, hoy no me apetece ni me da la gana no escribir. Cuando no picas con la zanahoria y no te pueden callar directamente lo intentan a través de presionar a tus seres queridos. Todo ello con la inestimable colaboración de aquellos que dicen ser tus amigos y que te azuzan para que seas tú el que diga o haga lo que ellos no tienen el valor de hacer. Nunca nadie ha contado que el que le pone el cascabel al gato suele llevarse algún zarpazo si cambiamos gato por tigre.

Escribir de política andaluza hoy no me apetece demasiado. Unos celebrando exultantemente algo que no han ganado y una falsa cohesión irreal que huele a radicalización amenazada por capítulos coleccionables de mafia y alcantarilla de Estado por entregas. Dependiendo ideológicamente de la esencia más destilada de la derechona sin complejos más populista que ha abierto su primera brecha por su cuenta y riesgo; y la nueva marca, Ciudadanos, que les ha comido media tostada… y que desconozco a qué nivel de hervor interno andan como partido, pero que han sido capaces de capitalizar el hartazgo de las políticas del PSOE -con su aparataje de décadas incapaz de movilizar a su electorado- y el de un PP en decadencia. Ciudadanos, con sus promesas de regeneración, antiindependismo y de viaje al centro, aunque parte fundamental del trío.

Mientras,  Susana Díaz después de perder la secretaría general nacional del PSOE también pierde por primera vez el Gobierno de Andalucía y pretende continuar haciendo oposición… una experiencia totalmente novedosa dentro del partido en Andalucía, con razonables dudas sobre su continuidad por cómo anda el patio en Ferraz. Trabajo a destajo estas semanas en el BOJA en la sección de nombramientos de personal de libre designación. Un paisaje de imposibles reubicaciones -anteriormente habitual durante casi 37 años en el PSOE- y de caballos de Troya que no pueden ser removidos de puestos clave.

Y para el resto, atraso, un paro brutal, una sociedad clientelar y de amiguetes… fritos con aceite de impuestos, frío y gripe… ¡No, no se corte las venas todavía, por favor!  Que aunque ahora hace algo de frío nos queda un clima que para ellos lo querrían Suecos y Finlandeses… Y que no andan mucho mejor por otros lados del mundo. Así que nos echaremos unas risas y algún plato de la dieta mediterránea, con un buen vino si se tercia. Por el sur somos un pueblo sobreviviente, resistente hasta a toda esta pandilla de políticos. Así que los que sean creyentes esperarán que se le aparezca la Virgen cómo al presidente Moreno Bonilla, también queda algo paliativo más sencillo, esperar un poco que ya huele a carnaval .

Podría añadirles alguna frase de algún personaje famoso pero la verdad es que no me apetece buscar ningún libro (con la mantita estoy de lujo) ni beber hoy de las fuentes de Google. Y tampoco tengo la pretensión de ganar ningún Pulitzer, la Virgen ya tiene cubierto su cupo de milagros esta temporada. Hoy me toca ser ateo