Antonio Porras

Cada vez que oímos nombrar a esta ciudad, ya sea por noticias, tanto negativas, que son demasiadas: fronteras, el nombre del barrio que no quiero ni nombrar y que dio nombre a la serie televisiva, como por otras; nos entra por el cuerpo un estremecimiento que ya nos gustaría saciar instantáneamente con la visita, con la satisfacción visual de poder verla, patearla, saborearla.

Para nosotros, y digo nosotros incluyendo tanto a familia como a los amigos, familiares, conocidos, que por ella han transitado, que Ceuta forma parte de nuestra vida, de nuestra visión, de nuestra nostalgia, de innumerables recuerdos, de satisfactorias travesías,…

La visita que durante este fin de semana desarrollaremos sobre la Perla del Mediterráneo, obedece, aparte de visitar a nuestra hija que cursa estudios en esta ciudad, a asistir en el Teatro Auditorio del Revellín a la exhibición de la escuela de baile y danza que la noche del sábado 25 de celebrará en ese escenario.

Tenemos ya las maletas preparadas, el coche a punto y en espera del trascurrir de las horas, minutos, para zarpar en el barco que desde Algeciras surcará el Estrecho amarrando en el puerto ceutí. En esta ocasión nos acompañará otra persona que jamás ha visitado Ceuta y a bien seguro que lo dejará fascinado y seguro que lo cautivará, como a todo aquel que por ella ha transitado.

Siempre es un buen y justificado motivo visitar esta bella ciudad y disfrutar de la convivencia religiosa, cultural, gastronómica, étnica… convivencia a fin de cuentas. Cruzarte con personas y aceptarse como cada uno somos; diferentes pero necesarios.