- Escribo estas líneas llena de indignación, rabia, impotencia y pena...

El día 19 de marzo tuvo lugar un desgraciado accidente de helicóptero del cual sólo se salvó una de las personas que en él viajaba. Los otros cuatro se precipitaron al mar con su herramienta de trabajo a la cual amaban por encima de todo (me consta, puedo asegurarlo) lo mismo que a su trabajo, que no era otro que salvar vidas... Y yo me pregunto: ¿Y a ellos?, ¿quién los socorrió?, ¿quién los busca?, ¿quién está poniendo los medios para poder recuperarlos?. NADA... aquí nadie dice nada.

Quizás esté escribiendo bajo la rabia contenida, pero en este país nuestro, sólo cuando se habla de concertinas, vallas, alambradas, pateras, etcétera, es cuando salen ONG y otros organismos, como ratas de las alcantarillas, para reivindicar, criticar, pedir, acusar...

¿Y ELLOS? Cuatro personas jóvenes, valientes, solidarios y ESPAÑOLES... ¿Qué pasa con ELLOS?... Estos organismos tan solidarios... ¿Por qué no patalean también porque los encuentren, al menos?

Tal vez por la relación que tenía (sobre todo con uno de ellos, Sebastián). Tenía 29 añitos... Tal vez porque me duele en el alma voy a dejar de escribir. No quisiera arrepentirme de poder ofender a nadie. Quisiera decir tantas cosas...

Pero sí quiero dejar ésta reflexión que martillea en mi cabeza. Y es un párrafo de una bella canción de Loles y Manuél : "DE LO QUE PASA EN EL MUNDO, POR DIOS QUE NO ENTIENDO 'NÁ', EL CARDO SIEMPRE GRITANDO Y LA FLOR SIEMPRE 'CALLÁ'... Así que haré como la flor...