Y no es porque tenga que venir nadie a decirnos lo que día a día estamos viendo, sino porque es bueno que salga a la opinión publica, a ver si así a mas de uno se le cae la cara de vergüenza, especialmente a aquellos que aun sabiendo lo que esta ocurriendo, mira para otro lado para ver si ocultándolo consigue que no exista.

Cuando tanto los que tienen la mayoría absoluta, como los de la oposición presente en la asamblea, no tienen capacidad para poner sobre la mesa estos problemas en el ánimo de darles algún tipo de remedio y a los hechos me remito, es claro y evidente que soluciones para ellos no tienen. Porque prometer cuando vienen las elecciones es muy fácil, pero cumplir sus promesas cuando de sobra saben que tenemos una ciudad con una población sobredimensionada y en una gran parte afincada con el único propósito de acaparar todas la ayudas que esta ciudad les proporciona, es ya harina de otro costal.

Políticamente llevamos muchos años, aun sin estar dentro de la asamblea, denunciando el problema de los empadronamientos fraudulentos verdadera invasión silenciosa que nos viene de la otra parte de la frontera. Es posible que a la hora de las elecciones, prefieran a aquellos vendedores de humos y espejismos que tan bien les regalan el oído, pero la realidad es la realidad y esta se presenta en toda su crudeza a diario, basta con echar un vistazo a la Consejería de Asuntos Sociales para ver como esta desbordada y no solo ella, sino también instituciones benéficas como el Banco de Alimentos, Caritas, Cruz Roja, Cruz Blanca y otras, algunas de las cuales vienen registrando hasta listas de espera, totalmente surrealista.

De hecho a esos partidos que tienen la representación dentro de la asamblea, habría que preguntarles que le van a ofrecer de nuevo a sus electores, ¿alguna solución quizá?, no lo creo, se abonaran una vez más a la mentira para que así ellos y sus afines puedan estar en sus sillones otros cuatro años más.