Pero ¿en manos de quién hemos estado? Si albergaba alguna duda sobre la aplicabilidad de las normas con las que ha dinamitado la economía de 300 familias ceutíes, ¿por qué entones no tuvo para ellos la diligencia que sí está teniendo ahora para sí?.

Juan Bravo habla de 183 días, pero es incapaz de mencionar el artículo que señala esa supuesta obligación en materia de IRPF. También menciona una consulta vinculante que lo ampara, sin citar tal consulta y escondiendo las decenas de consultas vinculantes que, por el contrario, le desdicen y a las que seguro que se acoge al respaldar, precisamente, lo opuesto de lo que nos aplicaba a los demás.

En este punto es de resaltar que las consultas vinculantes lo son para la Administración Tributaria y no para el contribuyente, dado que ello otorgaría a una de las partes (en este caso a la Administración Tributaria) un poder que sólo corresponde a los jueces y magistrados a la hora de interpretar y ejecutar las normas. La colisión entre el poder ejecutivo y el judicial es patente en este sentido, tratando de dejar al contribuyente en un estado de indefensión crónica.

Las declaraciones del Sr. Bravo tratan de politizar la actividad de esta Asociación, tratando de expandir el problema que ha generado a una cuestión política cuando esto no es así. Afectados por Hacienda es una Asociación apolítica que, de tener algo en contra de alguien, lo sería contra los que inventan normas tributarias como la obligación de estar en Ceuta más de 183 días. Sea del color político que sea.

Resulta muy revelador que alguien con dudas en la aplicación de una norma inexistente con la que no ha tenido el más mínimo reparo en destrozar familias enteras, ahora sí, manifiesta dudas cuando es él el afectado.

Para el resto de los contribuyentes no se aplica la norma, pero cuando es el propio ex Delegado de Hacienda el que se ve en la tesitura de convertirse en presa de la propios lobos, entonces, las cosas cambian y ya es necesaria una consulta a la Dirección General de Tributos. Prerrogativa que no ha otorgado a cientos de ceutíes en sus declaraciones de IRPF.

También echamos en falta una declaración del beneficio económico que le ha supuesto su actuación frente a la Delegación de Hacienda de Ceuta por este motivo. No hay que olvidar que el mayor incentivado salarialmente por estas actuaciones, es el mismo que ahora se resiste a que le sean aplicadas las invenciones de los 183 días. Estamos ante la misma persona que ahora pide el voto para defender los derechos de los ciudadanos desde una doble vara de medir.

En lugar de reparar el daño causado por la invención de los 183 días, vemos al ex Delegado de Hacienda buscando excusas para que no le apliquen a él el sistema que quiere para los demás.

Y es que no se pueden montar dos caballos a la vez. Difícilmente se puede sostener la aplicación de una supuesta norma para los demás y su inaplicación para sí mismo. El Sr. Bravo ya sospecha de su incoherencia y por ello desplaza hacia Tributos la emisión de un criterio distinto, más beneficioso que el que le reporta el suyo propio. ¿Por qué no tuvo interés en consultar cuando eran cientos los afectados? Ahora sí, ahora tiene interés porque el cazador se convierte en presa del monstruo que ha creado.

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