- “Se garantiza la libertad religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley…

Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.”. Artículo 16. 1-3 de la Constitución.

La pasada semana, en el marco de los cursos de verano en El Escorial, de la Universidad Complutense, tuvo lugar la celebración del curso: “Estado, política y religión.” Organizado por la Fundación Pablo Iglesias Posse, del Partido Socialista. Muy bien dirigido por Rafael Simancas y su equipo de colaboradores. Participaron 20 ponentes del máximo nivel, entre lo que estaban: César Luena, Secretario de Organización y Acción Electoral del PSOE y Doctor en Historia. Antonio Hernando, portavoz del Grupo Socialista en el Congreso. Enrique Barón, Expresidente del Parlamento Europeo. Álvaro Cuesta, miembro del Consejo General del Poder Judicial y Ángeles Álvarez, Diputada socialista. Se desarrollaron siete conferencias y cuatro mesas redondas.

No es posible abordar todo en un artículo. Comenzaré por algunos conceptos. Como manifestó Álvaro Cuesta, aconfesionalidad tiene que ver con un Estado no adscrito a una confesionalidad religiosa. La unión de aconfesionalidad, neutralidad y cooperación da lugar a la concepción de laicidad positiva.

El término cooperación tiene que ver con favorecer la libertad de conciencia, de acuerdo con el artículo 9-2 de la Constitución: “Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impiden o dificultan su plenitud…

La mención del artículo 16.3 de la Constitución no debe interpretarse como un ataque a la neutralidad. Ninguna confesión tiene carácter estatal. De acuerdo a lo manifestado por la catedrática, Ana Oñorbe del Colectivo Luzuriaga, en la laicidad se contempla la libertad religiosa y de culto, la neutralidad religiosa del Estado y la separación de los ámbitos civil y religioso.

Luis Gómez Llorente, muy riguroso en el análisis de este tema decía: “El laicismo se enriquece de los ideales de la Ilustración. Distingue entre moralidad y legalidad. Creemos que sirven para orientar la conducta y que cada uno sea fiel consigo mismo.La ciudadanía construida desde la dignidad y la libertad. Al estatuto de ciudadanía le es inherente la laicidad”

Hay una serie de principios constitucionales que garantizan la libertad y la igualdad. El artículo 1.1 de la Constitución dice: “España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valor superior de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.” El artículo 10 manifiesta: “La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamentales del orden político y de la paz social.”

La laicidad y la tolerancia van unidas. No es antirreligiosa, no ataca, ni va contra los derechos individuales que afectan a las creencias particulares de cada uno. Al contrario, favorece, respeta y ampara los derechos de cada persona que le son inherentes. No impide el derecho individual a la visión religiosa de la vida. El artículo 27 de la Constitución relacionado con la educación, no dificulta que se tengan posiciones diferentes, como sucede con la promulgación de la Lomce.

Como decía la catedrática y Diputada, Angelina Costa, la Lomce lleva a la escuela preconstitucional. Segrega a alumnos y alumnas, promueve la clase de religión evaluable. En una educación laica la doctrina religiosa tiene que estar fuera del curriculum. Eso no quiere decir estar en contra del derecho a recibir formación religiosa. Se puede hacer y proteger en los mismos colegios, fuera del horario escolar y a nivel privado, en las familias y en los lugares de culto religioso. Dentro del curriculum se podría contemplar la historia de las religiones.

Históricamente en nuestro país, hablando de tolerancia, el catedrático José Álvarez Junco comentó, que respecto a la cohexistencia de la Edad Media, en los reinos musulmanes el grado de tolerancia no era menor que el de los reinos cristianos, al contrario. Respecto a la Unión Europea, a nivel institucional, la Diputada socialista en el Parlamento Europeo, Iratxe García indicó que el Parlamento es un espacio de encuentro, con un diálogo intercultural . Se habló en el Parlamento de la necesidad de integrar al Islam junto al resto de religiones.

Enrique Barón fue Presidente del Parlamento Europeo a partir de 1989. Con él se aprobó la ciudadanía europea. Recibió visitas de representantes de todas las confesiones de Europa, en relación a los Derechos Fundamentales y al Tratado de Constitución Europeo. Se reafirmó que “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de religión.” Respecto a Turquía, sin haberse producido todavía el Golpe de Estado, se mencionó su carácter de República Laica desde Atatürk. A día de hoy se está en contra de lo sucedido, pero preocupados porque no se atente contra derechos democráticos y la tolerancia.

César Luena, al inicio de su intervención manifestó: “Al César lo que es del César, a la política lo que es político y a la religión lo que es religioso.” Mencionó que la Constitución de 1978 introduce el valor de la laicidad en clave de derecho. Realizó un análisis de los acuerdos y Concordatos desde el siglo XV hasta el de 1953. También precisó sobre los acuerdos de 1979, 1994 y 2006. El programa del PSOE manifiesta la necesidad de denunciar el Concordato existente entre la Iglesia y el Estado. Establece la necesidad de la ley de libertad religiosa y de conciencia en un nuevo marco de relación, contemplando la laicidad. Destacó en su intervención que la separación entre la Iglesia y el Estado redunda en beneficio de ambos. Siempre con libertad, respeto y diálogo desde la igualdad.

En el curso había alumnos de diversas religiones, musulmanes, cristianos y no creyentes. Destacó el número de jóvenes. Hubo una condena del atentado de Niza participando con el resto de cursos. El ambiente ha sido muy favorable con debates muy enriquecedores, y el desarrollo, así como el resultado muy positivos. Se destacó la figura del Cardenal Enrique y Tarancón por su labor a favor de la concordia. Un sacerdote asistente, muy contento del resultado, habló en la clausura de la importancia del diálogo y del nosotros.