Luís Márquez Montoya no sólo fue un simple Delegado de Campo como pueden señalar algunos medios de la ciudad. Recuerdo mil batallas a su lado, mil viajes con un sólo objetivo que el primer equipo de la ciudad esté en el sitio que le corresponde, la Segunda A. Y que sé que algún día conseguirá. Un hombre que siempre ha dado la cara por su Ceuta. De corazón y sangre caballa, conectado siempre al fútbol de la ciudad. Debe tener también su homenaje por la Federación de Fútbol de Ceuta.

No sacaré ninguna tarjeta roja, ni señalaré a nadie, ellos saben muy bien quienes son y lo que deben hacer. Pero no estamos aquí para hablar de los demás, ni de la ciudad, ni del equipo sino del Gran Márquez. El penúltimo encuentro que viví a su lado fue el Derbi del Estrecho, en el Nuevo Mirador. No recuerdo ni siquiera el resultado, ni quien jugo de inicio, solo recuerdo estar sentado en los banquillos con Luís charlando de fútbol, mientras las gradas se llenaban... mientras ese aroma tan característico del estadio nos sumergía en la magia del fútbol.

Luís Márquez no era solamente un conocido, era un amigo, un amigo de verdad, sus cientos de tardes siempre serán recordadas junto al trío arbitral en las murallas infranqueables del Murube. Grandes tardes, Grandes Domingos. Pero sobre todo Grandes Momentos. Se perdiera, ganara o empatara, a pesar de las miles de adversidades. El Siempre Estaba Hay Dando La Cara. Siempre Luchando Por Su Club.

Y así es como lo recordare al ilustre y gran Luís Márquez. Porque siempre estará presente en nuestro feudo. Allí sentado en el Banquillo o en la Grada de sangre blanquinegra y de corazón caballa. Siempre será recordados por todos como un gran e ilustre caballa.