Una vez más nos reunimos aquí, otro 25 de noviembre, con cifras estremecedoras, 40 mujeres asesinadas, víctimas de violencia de género.

Hoy, es un día de dolor y reivindicación, un día de solidaridad y deseo de conquistar una auténtica igualdad entre mujeres y hombres. Sin duda, una jornada de reflexión en la que hemos logrado una mayor conciencia ciudadana y conseguido instrumentos legales para prevenir, proteger y sancionar esta violación de los derechos humanos.

Aun situando el problema en el contexto adecuado, todavía hoy, se precisan recursos que logren definitivamente erradicar esta brutal violencia de la que son víctimas las mujeres por el mero hecho de ser mujer.

Un año más nos concentramos en esta plaza para evidenciar que la violencia de género todavía es una realidad desoladora para muchas familias. A ellas nos unimos este 25 de noviembre a fin de denunciar públicamente no solo la muerte violenta de 40 mujeres, sino también para visibilizar nuestra repulsa contra esa violencia de género que hace estragos en muchos hogares de forma silenciosa. Ellos son, los hijos e hijas de las mujeres víctimas de violencia de género, son las otras víctimas de esta violencia a las que hay que proteger y asistir.

Por ello resulta imprescindible aunar todos los esfuerzos para hacer frente a este problema social desde la unidad de todas las fuerzas políticas y el trabajo conjunto y coordinado de todas las Administraciones Públicas, fuerzas y cuerpos de seguridad y las asociaciones civiles, para proporcionar una verdadera oportunidad a todas las mujeres que sufren violencia, acompañándolas en el camino de salida de la violencia de género. También queremos manifestar nuestro apoyo y reconocimiento para todas aquellas mujeres que deciden poner freno a la situación de violencia que padecen, pese a los múltiples obstáculos que se encuentran.

Hoy 25 de noviembre, fecha elegida por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1999 para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, invitando a los gobiernos, organizaciones internacionales, no gubernamentales y ciudadanía en general, a condenar enérgicamente la violencia contra la mujer adoptando una actitud de Tolerancia Cero ante cualquier comportamiento violento del que seamos testigos. Porque, eliminar la violencia contra la mujer sigue siendo una cuestión de justicia social.