Hoy, 17 de octubre, se celebra el “Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza”. Y nos encontramos aquí, frente a las puertas de Servicios Sociales para mostrar nuestro rechazo e indignación ante las cada vez peores tasas o índices de pobreza y exclusión social.

La pobreza es extrema, intensa y crónica. Más de mil millones de personas viven en la extrema pobreza. UNICEF cifra en más de dos millones los niños y niñas que están por debajo del umbral de la pobreza y su número, desgraciadamente va en aumento. Esta dramática y alarmante realidad afecta cada vez, a más y más familias en España. Y como no, los y las ceutíes, lejos de ser una excepción, somos líderes de la exclusión y la desigualdad, y en pobreza infantil.

Los modelos basados en recortes de las políticas sociales, las dificultades y trabas de ciertos sistemas de protección, que alegan caridad y beneficencia, favoritismo frente a derecho y bienestar social, a los que nos tiene acostumbrados el desgobierno del Sr. Vivas no hacen más que promover el vertiginoso crecimiento de los colectivos vulnerables. Pero sobre todo, perjudican seriamente la dignidad de la ciudadanía más desamparada, hundiéndola aun mas en la miseria y en la precariedad.

Desempleo, pobreza, exclusión social, miseria, precariedad, desigualdad, el deterioro de la calidad e igualdad de oportunidades. El desmantelamiento de servicios sociales y, la amenaza por parte de quienes supuestamente nos han de gobernar. El Gobierno no quiere trabajar por y para la ciudadanía, está generando más desprotección y más vulnerabilidad.

Es deprimente y vergonzoso que los poderes públicos aboguen por la austeridad y que etiqueten a la ciudadanía, como ciudadanos de primera y de segunda. Que antepongan intereses electoralistas, en detrimento de la acción principal que es la de atender y velar por la protección de toda la ciudadanía, en igualdad de oportunidades. No se puede querer abogar por erradicar las pésimas y lamentables consecuencias de la pobreza, sin ver la realidad, señores dirigentes.

Hoy, es necesario luchar contra la pobreza y la exclusión social, más que nunca. El desolador panorama de pobreza que estamos sufriendo en nuestra ciudad, y la ineficiencia e insuficiencia del sistema prestacional, ha de motivarnos para aunar esfuerzos, para lograr la igualdad y el bienestar que nos arrebataron.