Inseguridad, ha sido el tema estrella en la antesala de las Fiestas, e irremediablemente unidos a él, la delincuencia, la inmigración, la marginalidad, han sido hilos argumentales para la/os ceutíes de toda condición en las redes sociales. Sin embargo, nada más lejos de un debate sosegado y fértil ha tenido lugar, dándonos un penoso espectáculo difícil de describir y dejando una estela de desconcierto.

Racismo, estigmatización de colectivos, prioridad de derechos humanos, son los puntos de esa estela que no se acaban de diluir, ya que resiste como un bucle entre dos posturas radicales irreconciliables, incapaces de desgranar y que siempre acaban mal, con el insulto y la denigración del que piensa de otra forma.

Claro que hay racismo señoras y señores, hasta hace bien poco en la historia los negros eran encadenados y vendidos como esclavos. Y esas mentes que piensan en la superioridad de razas subsisten hoy día, igual que subsiste la ignorancia en tantos otros temas. Y estas ignorancias no se atajan con imposiciones, en el caso que me ocupa, por ej., llamar imbécil (sea la acepción que sea de la palabra) a todo aquel que no ataque verbalmente a ese personaje absurdo que en la red deja ver su cara más cruel y rancia, de voluntad inexorable.

Creerse con derecho a ser el primero de la cola para que te den tus básicos derechos, es como aceptar la reventa de esos derechos al 500%, los derechos no pueden completar aforos, quizás en un capitalismo devorador, pero eso no lo queremos para España, entre otras cosas porque eso, solo puede acabar en guerras como en la más cruenta dictadura, señoras y señores.

En esta sociedad formada por “colectivos” varios, tenemos la libertad suficiente de expresión como para decir que en menos de 2 años, unos pocos niños de no más de 12 años desamparados en las colleras del puerto, comiendo de la basura, esnifando pegamento y goma quemada e invisibles para todas y todos, han crecido en número hasta convertirse en grupos de adolescentes que intimidan por su aspecto (sí, lamentablemente, las apariencias a veces engañan) y en algunas ocasiones por sus actos. El Gobierno de Ceuta y su Delegación de España son los únicos responsables de esta situación ya que debería invertir todo lo necesario para sus Cuerpos de Seguridad y debería negociar todo lo necesario para que el auge económico de nuestro país vecino, Marruecos, repercuta directamente en estos menores y les ayude a salir de su pobreza inmunda. Ese debate parece no aflorar y sería interesante conocer qué puede hacer la comunidad más cercana, como Castillejos o Tetuán, al respecto. O eso no es problema nuestro?. La oposición no debería parar de exigir respuestas en este sentido.

Cuando se ocultan datos importantes en un problema, éste no se puede resolver pero puedes quedarte eternamente intentando resolverlo. Como en el Día de la Marmota; llévatelo a tu casa, primero somos nosotros y lo que sobre, ya veremos… o el que no le eche el rapapolvo al racista de turno es un imbécil o es racista por omisión (¡toma ya!, casi hilarante sino fuera repugnante).

Ceutíes o caballas, exprimid un poco la masa gris, que os aseguro que puede dar más de sí. A no ser que haya intereses oculto que se me escapan.

Y exprimid también la bondad y la paz que esas, una vez que emanan, a diferencia de la inteligencia, nunca se acaban. No es una exigencia, es solo un deseo para el Año Nuevo que se acerca. Felices Fiestas.