Desde que a mediados de los años 90 comenzara a popularizarse el uso del teléfono móvil se han realizado diversos estudios acerca de su influencia, sobre todo en lo relativo a sus efectos sobre el sistema nervioso o respecto a su potencial adictivo.

Sin embargo en los últimos años, con la incorporación a nuestros terminales de conexión a internet (en especial de las aplicaciones Whatsapp y de redes sociales) las investigaciones han ido ampliando el objeto de estudio hacia aspectos más relacionados con los nuevos modos de comunicarnos y sus consecuencias.

Los resultados de éstos últimos arrojan unas inquietantes cifras: los adultos empleamos diariamente una media de más de 5 horas usando nuestros dispositivos móviles y establecemos con ellos unas 85 interacciones. Vemos o vivimos diariamente, en los lugares de ocio y reunión, a grupos de personas, familiares o amigos compartiendo espacio, pero sin conversar entre sí ni atender a sus alrededores, pues se hallan ensimismadas estableciendo múltiples contactos o recibiendo información de todo tipo con sus teléfonos móviles, lo que altera la relación con los allí presentes. .

El Colegio Oficial de la Psicología de Ceuta (COPCE), en sintonía con el Consejo General de la Psicología de España, quiere advertir a los padres de hoy, como usuarios habituales de estas tecnologías, que el uso excesivo de las mismas afecta a la calidad y la cantidad de la comunicación y de la relación con sus hijos, así como a su desarrollo. Según se desprende de recientes estudios, como los realizados en el Centro Médico de Boston o en la Universidad de Essex, las consecuencias del excesivo uso del móvil de forma habitual ejercen un efecto pernicioso sobre los hijos. En primer lugar aprenden que la interacción social con la pantalla del móvil es tan válida como la presencial, y que han de competir con ella para recibir la atención de sus padres. En segundo lugar el tiempo empleado con las nuevas tecnologías está privando a los niños de tener conversaciones importantes con sus progenitores, esenciales para integrar valores y evolucionar como individuo social. En tercer lugar el uso indebido del móvil es causa directa de un aumento de los accidentes infantiles por descuido. En cuarto lugar, aquellos padres absortos ante el móvil tratan a sus hijos con más dureza cuando éstos les hablan e interrumpen. Por último, estos estudios también detectan que la mera presencia de un dispositivo móvil en cualquier reunión familiar cotidiana, da lugar a conversaciones de menor calidad y profundidad entre padres e hijos.

Igualmente los expertos advierten de los daños en las estructurales cerebrales que pueden conllevar el uso de estos dispositivos electrónicos con anterioridad a los 10 años. Para un desarrollo óptimo del cerebro existe un “periodo sensible”, en el cual los niños y niñas tienen que tener unas experiencias concretas y son experiencias sensoriales, y no cognitivas. .

Por todo ello, desde el COPCE hacemos un llamamiento a los padres ceutíes para que tomen conciencia de estas desventajas y peligros a la hora de usar sus terminales de forma inapropiada y, como se recomienda en todos los casos, hagan un uso responsable de las nuevas tecnologías sin olvidar que los que los niños y niñas necesitan es el contacto, el afecto, el amor con sus padres y madres, en especial en ésta época estival y vacacional donde corretean por playas y piscinas, y tienen tiempo para estrechar los vínculos afectivos con sus padres tras las rutinas del colegio. Por una mejor salud física y mental de nuestros menores, cuidemos como mayores el uso de las tecnologías.