- Si uno sabe interpretar el murmullo de las olas, se dará cuenta que después de un fuerte levante acto seguido viene un mar de fondo, que es aun peor para los navegantes.

Por qué digo esto, está claro que hago un símil para llegar al momento actual que nos deja a las puertas de unas nuevas elecciones en las que promesa va y promesa viene, y en función del partido que se trate a cual de ella más increíble.

Es evidente que en absoluto es lo mismo que estas vengan de un grupo político que lleva catorce años gobernando y que sea ahora cuando termina la legislatura que vengan a prometer proyectos que durante todo este tiempo ni se han molestado en ejecutar. No será que no han tenido tiempo para ello, aunque si observamos con atención los restantes grupos con representación en la Asamblea, tampoco es que expresen proyecto alguno que vengan a ilusionar a los futuros votantes.

De ahí que en estas elecciones los electores con intención de votar no podrán decir que no tienen donde elegir, de hecho han aparecido algunos partidos que parecen que han confeccionado la lista de candidatos mas para unas elecciones en Castillejos que para aquí, pero bueno bienvenidos sean por eso de la pluralidad, al menos estos no se disfrazan y van diciendo cuales son sus pretensiones desde el primer momento y que no quieren en sus filas ni a Juanito ni a Pepito para repartir las ayudas sociales.

Esto tiene una lectura muy clara ya que están mandando un mensaje a los partidos de viejo cuño que han querido contentar a todos y al final verán que le ha salido el tiro por la culata, pues donde antes tenían un nicho de votos muy importante, ahora por sus errores, les va a costar muy caro recuperarse. Es precisamente en ese punto por donde puede venir la fractura social, pues estos que vienen ofreciendo solo beneficencia serán los mas beneficiados de ese segmento de población que al no tener nada, nada tiene que perder aunque lo que se le ofrezca sea el pan para hoy y hambre para mañana.

No todo vale cuando llegan unas elecciones, pues hay que tener muy presente donde están esas líneas rojas que no se puede ni se debe sobrepasar, y la principal de ellas es la de no separar ningún colectivo de otro, pues en estos casos cuando se da un paso hacia delante retroceder es casi imposible y el daño ya esta hecho.

Un verdadero mar de fondo con aviso para navegantes y del que se pueden derivar consecuencias muy perjudiciales para la siempre difícil travesía de una ciudad con las características de Ceuta.