- Casi por accidente, durante la recta final de la campaña electoral catalana se ha arrojado algo de luz al interesante, confuso y a veces extenuante debate sobre nacionalidades.

¿Por qué? Básicamente porque, durante una entrevista en Onda Cero, el Presidente del Gobierno demostró no tener demasiado claro qué sucedería con la nacionalidad de quienes ahora residen en Cataluña y tienen nacionalidad española, en el supuesto que este territorio llegase a convertirse en un Estado independiente.

Rajoy sostuvo que en caso de independencia, quienes residen en Cataluña y poseen la nacionalidad española no sólo perderían dicha nacionalidad, sino que también deberían olvidarse de la ciudadanía europea. El entrevistador, Carlos Alsina, le corrigió. Le recordó que en caso de independencia los ciudadanos de Cataluña no perderían la nacionalidad española puesto que, apuntó Alsina, “la ley dice que el ciudadano de origen nacido en España no pierde la nacionalidad aunque resida en un país extranjero si manifiesta su voluntad de conservarla”. Rajoy, algo desorientado, preguntó entonces “¿y la europea?”. A lo que Alsina (el preguntador preguntado) respondió: “la europea la tiene porque tiene la nacionalidad española”.

El presidente del Gobierno optó por el cambio de tercio, y señaló: “me parece que estamos entrando en una disquisición que no nos conduce a parte alguna”.

Sin embargo, parece más que evidente que esta disquisición sí conduce a alguna parte. Y además, también parece evidente que ante unos comicios de carácter (como mínimo) extraordinario como los del próximo domingo, con una eventual independencia de Cataluña sobre el tapete, dicha disquisición resulta, cuando menos, trascendente.

No sólo para quienes defienden “A”. También para quienes con la misma legitimidad defienden “X”, “Y” o “Z”. O incluso para quienes, simplemente, y no menos legítimamente, defienden que prefieren mantenerse al margen.

Por consiguiente: sí, la disquisición es relevante y sí conduce a parte alguna. Y por cierto, no sólo en Cataluña. También en cualquier otro territorio que en la actualidad forme parte del Reino de España y que pudiera llegar a dejar de formar parte del mismo.