La respuesta no debería ser complicada, y en cambio lo es, pues como ciudad fronteriza y poseedora de un Puerto situado en una zona caracterizada por ser la segunda ruta mundial del transito marítimo, nuestras posibilidades deberían ser enormes. El caso es que por activa o por pasiva no conseguimos despegar, y quizá el motivo radique mas en la propia incompetencia de los que hasta ahora nos han gobernado, que en otra cosa, pues los recursos y los medios están y han estado, lo que pasa es que no se han sabido gestionar y mucho menos sacarles el partido necesario para poner remedio a un problema que, como el del empleo, se esta convirtiendo a pasos agigantados en algo ya abiertamente estructural.

En lo que respecta a la frontera debemos decir que esta está más diseñada para solucionar el problema laboral de Castillejos y su zona limítrofe, que para dar cobertura a las necesidades que en este sentido demanda la población local. No es extraño oír de algún profano, que si Marruecos quisiera cerraría la frontera, está claro que desconocen la realidad de lo que allí sucede, y del problema real con el que ya cuentan las autoridades marroquíes, quienes no han tenido mas remedio que ponerse manos a la obra con el tema de los empadronamientos de esa cantidad ingente de personas que, provenientes de sus provincias sureñas, los tienen totalmente desbordados. No debemos olvidar que por una serie de acuerdos, por cierto bastante mal negociados por la parte española, aquellos que andan empadronados en la provincia de Tetuán no necesitan del correspondiente visado, que por el contrario si que necesitan el resto de marroquíes para el acceso a nuestra ciudad.

Este puede ser uno de los motivos que justifique el desmedido crecimiento en el numero de porteadores que día tras día cruzan por la frontera del Tarajal, pero ¿alguien ha hablado de este tema?, al parecer no, de hecho se piensa que la solución tendría que venir exclusivamente por nuestra parte e incluso algún que otro iluminado suele salir cada cierto tiempo con el asunto de la aduana comercial, nada mas alejado de la realidad, ya que Marruecos bajo ningún concepto aceptaría tal concesión, al considerar que esto supondría una merma en sus reclamaciones y un reconocimiento tácito de esa soberanía española que tanto se gustan de cuestionar, cada vez que despunta algunos de los innumerables problemas que suelen aquejar a una nación que intenta mas bien con poco éxito abandonar su condición de país del tercer mundo. Para aquellos que intenten poner como ejemplo la existencia de una aduana en Melilla, solo destacarles el hecho de que aquello fue algo coyuntural y porque Marruecos fue el principal interesado, al beneficiarse de una entrada de áridos que les eran totalmente necesarios para el desarrollo de su zona mas oriental.

Volviendo a Ceuta, habría que preguntarse por que aun se permite este tránsito continuado de mercancías por el Tarajal, la respuesta suele ser por lo general desconocida para el común de la población local, quienes solo se hacen eco del descomunal caos que este comercio provoca en el paso fronterizo, aunque la explicación a tal consentimiento está directamente relacionado con el beneficio que para las importaciones marroquíes este supone, pues si toda esta cantidad de mercancías entrara por el puerto de Tánger, todos esos productos llegarían al país en calidad de importados, viéndose obligado Marruecos a tener que hacer el pago en unas divisas de las que no están precisamente sobrados, con lo que queda claro el beneficio que la entrada de mercancías por la frontera de Ceuta, les supone a unas autoridades marroquíes totalmente dispuestas a hacer la vista gorda en todo este tema.

Y lo mas simpático - por decirlo de alguna manera - del asunto, es que ahora salen los que nos llevan gobernando por mas de quince años, con el tema de que van perseguir el fraude sobre el IPSI que según ellos se está cometiendo por aquellos lares, me supongo que tendrán pruebas de lo que dicen, pues de ser cierto, sería especialmente doloroso que se haya estado permitiendo durante años sin hacer nada para corregirlo. En fin, que he aquí el motivo de la elección del título de mi artículo, a nada que se rasque sale la realidad y como dice Montoro esto no ha hecho más que comenzar.