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Javier Varga./archivo
Javier Varga Pecharromán, candidato de Ciudadanos a la Presidencia de Ceuta

Llevan un par de años con la partida de defunción firmada y, reiteradamente, sabios doctores y analistas autocualificados certifican su fallecimiento. Y sin embargo, un buen día se incorporó, levantó la cabeza y dijo serenamente: “Perdonen si molesto”.

Siempre hemos estado ahí. La Gestora nombrada hace un par de semanas por la Comisión Permanente de *Ciudadanos* lo que hace es sustituir a la Junta directiva que existía hasta la víspera.

Y sí, han sido años complicados. Especialmente para nosotros. *Ciudadanos* Ceuta, en las elecciones de 2019, perdió el diputado que tenía en la Asamblea: faltó para renovarlo un escaso, pero determinante, puñado de votos. Luego el confinamiento y la pandemia. Se cerró la sede que teníamos en la que, por otra parte, no nos podíamos reunir porque así estaban las cosas. Y circunstancias personales de alguno de sus miembros terminaron por complicar aún más nuestro panorama particular. Pero *Ciudadanos* no desapareció de Ceuta. Durante estos años siguió el grupo, el contacto y, sobre todo, las ideas.

¿Actividad política? Cuando a Marruecos le dio por apretar las clavijas al Gobierno de Pedro Sánchez usando a su población como arma y a nuestra Ciudad como rehén, quién, si no Ciudadanos, defendió a Ceuta como nadie exigiendo en el Parlamento Europeo una respuesta europea a un problema que también lo era. Lo exigió -¿dónde estaban los conservadores y los¡ socialistas?¿dónde VOX?- y lo logró. Jordi Cañas y sus compañeros de Ciudadanos no sólo obtuvieron una dura condena a Rabat del Europarlamento sino que, además, consiguieron situar a Ceuta y Melilla en la agenda política de Bruselas. Y han sido insistentes en esta defensa. Repasen la hemeroteca.

En estos últimos cuatro años, a otros tocaba, por decisión soberana de los votantes, la actividad política, al menos a nivel local. Son ellos los que tienen que responder. ¡Y qué lástima de cuatro años! No ha habido ni Gobierno ni Oposición. Las denuncias de unos se perdieron entre la bronca que ellos mismos montaban. Y los otros, en una actitud que ha degenerado en puro frentismo, han terminado por incurrir en componendas varias con quien detentaba el Gobierno, utilizado provechosamente y sin ningún pudor, los valores de la Convivencia. Atrévanse a hacerse esta pregunta: ¿Cuántos partidos estaban en el Gobierno y cuántos en la Oposición?

Han sido cuatro años en los que raramente la Asamblea - corazón político de la Ciudad- ha respondido a sus problemas y a los de sus ciudadanos. En definitiva, dudo mucho que cualquiera de Uds., hasta lo que siguen más fielmente plenos y actividad política, sean capaces de señalar los logros obtenidos por unos y otros en este periodo en pro del bien común y de Ceuta. Sobrarían dedos de una mano.

Desgraciadamente, cuando se hable de esta legislatura, se recordarán sus broncas y poco más.

Cs sigue siendo lo que fue: un partido liberal, de centro, dialogante, al que le gusta hacer una política útil para los ciudadanos, efectiva y lejos de inmovilismos ideológicos. ¿Que ha cometido errores? Puede ser, pero se sigue presentando sin ninguna vergüenza y con las manos bien limpias. También aquí en Ceuta.

Ciudadanos, si es capaz de atraer la atención de los ceutíes, está llamado a jugar un papel crucial en la próxima Asamblea. Y ya me dirán Uds. si, simplemente plantear esta situación, no llama ya la atención. Porque en el reparto de poder que el bipartidismo parece haber hecho antes de colocar una sola urna, un único diputado puede ser determinante para inclinar el próximo Gobierno hacia un lado o hacia otro .

El voto a Ciudadanos, por parte de aquellos que se niegan a votar a los de siempre, por parte de quienes rechazan verse obligados a escoger entre lo malo y lo peor, por parte de los que no quieren quedarse en casa viendo como deciden por ellos, por parte de los que se arrepienten de haber votado lo que votaron, lejos de desperdiciarse, se revaloriza enormemente: puede ser SU mejor decisión para los próximos cuatro años. Políticamente hablando.