Y la/el que olvide, es cómplice.
Yo no olvido ni las mujeres, ni los hombres ni la desolada infancia, que huyendo de la desgracia, se juegan hasta su último aliento de vida.
Y el/la que olvide, es cómplice.
Yo no olvido las muertes en el mar, que entre olas y orillas se suma la impotencia de podernos llamar humanidad.
Y la/el que olvide,es cómplice.
Yo no olvido ni quiero olvidarme de aquellas personas que al pedir auxilio, solo se ven arropados por los vientos y el frío. Ni olvido a las muchísimas personas, que con ese gesto de solidaridad y grandeza humana, hacen lo posible e imposible para concienciarnos en muchas ocasiones que no hay límites ni barreras que nos separan.
Y el/la que olvide, es cómplice.
Pero lo que no olvido y tengo como una espina clavada en el corazón es la inacción, la inhumanidad de aquellas y aquellos que viven en libertad, frente a los que se dejan la vida por sobrevivir, escapando de pesadillas, que gritan en silencio a la esperanza, mientras que está la encarcela la inhumanidad.
Y la/el que olvide, es cómplice.
Yo no olvido ni el 6F, ni cualquier fecha que la libertad haya sido cercenada por la muerte.
Y solo espero que tú,que estás leyendo esto, no seas cómplice.