- Hay quienes se empeñan en verter acusaciones falsas e infundadas sobre las personas que el 7 de febrero de 2015 realizamos la "II MARCHA POR LA DIGNIDAD", buscando dispersar la atención sobre lo que realmente significó ese día: Una demostración de democracia en toda regla, un acto en defensa de los Derechos Humanos, la diversidad cultural, la convivencia, la igualdad y la justicia.

"Que si somos desleales a la patria, personas que reniegan y menosprecian a su tierra, somos oportunistas, decimos sandeces, atacamos a la Guardia Civil..." Pero paradójicamente, son las personas que hacen estas declaraciones las mismas que no tienen ningún reparo en instrumentalizar las instituciones públicas, con el único afán de crear confrontación entre la ciudadanía, construyendo un discurso que alienta el repliegue identitario, jugando con aspectos tan sensibles como son el sentido de pertenecía y el miedo.

Se ha extendido el uso de frases como: "los inmigrantes vienen a invadirnos, a quitarnos el trabajo, son delincuentes, no son nuestra responsabilidad"... Pero no son más que estereotipos y prejuicios que fomentan el odio, ideologías que emanan un rancio hedor a xenofobia, racismo e intolerancia que a fecha de hoy no hemos conseguido erradicar de la sociedad. Resulta cuanto menos chocante ver como estas mismas personas realizan discursos en torno a la Interculturalidad, la convivencia y la inclusión.

Pero la frase que se lleva la palma es: "siempre tirando Ceuta por los suelos", cuando estamos haciendo todo lo contrario, estamos mostrando que la población ceutí siente esas muertes como propias, que somos un pueblo solidario, justo y comprometido, que no se calla ante las injusticias y los excesos, que Ceuta es una tierra en la que todas las personas tienen cabida sin distinción de ningún tipo. En definitiva que Ceuta es algo más que macetas, pavimentos y puentes.

También proliferan en estos días los comunicados y notas de prensa con discursos manidos, que no pueden estar más alejados de la realidad, sobre que acusamos y criminalizamos a los funcionarios de la Guardia Civil, cuya labor, sea dicha de paso, reconocemos, elogiamos y apoyamos, pero sin caer en la demagogia y el oportunismo. El acudir a los actos castrenses, organizar manifestaciones de apoyo y sacar pecho al grito de: "¡Viva la Guardia Civil!", puede que sea muy emotivo, pero un tanto estéril y que difiere mucho de nuestra forma de entender el dignificar y defender el papel de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. La mejor defensa que se puede hacer de la Guardia Civil, es mostrar apoyo y solidaridad frente a los recortes, exigir mejoras en las condiciones laborales, aumentar los medios disponibles, atender las necesidades formativas, la seguridad de los agentes...

Es irónico, que por desgracia, para que esto se materialice, la única opción, o de las pocas que disponemos, sea salir a la calle y defender los derechos sociales, que son los derechos de todos y todas, también de la Guardia Civil, como parte de la sociedad que son, y que están siendo recortados, precisamente, por las políticas Neoliberales de los "pseudefensores" de la Guardia Civil.

Es obvio, por mucho que algunos se empeñen en intentar mostrar lo contrario, a través de la manipulación y el engaño, que las acusaciones no van dirigidas a los funcionarios que prestaban servicio y que cumplían una orden ese fatídico día, las acusaciones están dirigidas a los máximos responsables de la cadena de mando, a los que dieron las órdenes.

¿Por qué ordenar el uso de pelotas de goma y gases y no salvavidas y cuerdas contra personas indefensas que a duras penas se mantenían a flote?, ¿Por qué versiones dispares y ambiguas que iban cambiando en el tiempo?, ¿Tiene justificación dejar morir 15 personas por una cuestión territorial?

Las órdenes que se dieron el 6 de febrero y las mentiras sistemáticas que se produjeron en torno a la tragedia del Tararal si que fueron actos miserables e inmorales que se han de aclarar y castigar a los culpables. Si fueron asesinados o no, quienes fueron los culpables y el castigo, será la justicia quien lo determine, de hecho no somos pocos los que luchamos para que esto así sea y no caiga en el olvido.