Odontologia social

Contigo Ceuta

El asunto de la odontología social precisa de mayor atención de la que se le concede. Bien haría la Ciudad en supervisar los trabajos bucodentales al uso que regalan aquellas fundaciones que dicen ser "sociales", con la ayuda de profesionales reconocidos.

El tema dental se ofrece para muchas cosas, así como que se presenta como muy especializado y como muy difícil de auscultar a la hora de saber si lo que se hace entra en los niveles aceptables de calidad o bien son simples remiendos que buscan foto y eco social para alcanzar las dádivas que siempre están detrás de este tipo de actividades, tan lucrativas siempre para quienes las promueven y defienden bajo proclamas sociales.

Marruecos ha restringido en los últimos tiempos la actividad de aquellas asociaciones y fundaciones que se manifiestan como "sociales", pero que luego no pierden un momento para interesarse y buscar fórmulas que permitan obtener ayudas económicas.

De este modo, el Consejo Nacional de odontología mantiene una clara actitud de recelo hacia todas aquellas entidades que llegan al país para favorecer, según dicen, la salud bucodental de los más desfavorecidos.

En España las cosas funcionan de otro modo, y así vemos como abren y cierran consultas odontológicas en un abrir y cerrar de ojos. El último escándalo ha sido el de Idental, que ha dejado a millones de pacientes con la boca hecha un cisco y el bolsillo totalmente vacío y con deudas que les alcanzarán de viejos, sin dejar de mencionar a todos aquellos que han quedado con secuelas de por vida por haber sido intervenidos por personal sin cualificación suficiente.

La Consejería de sanidad tiene la obligación de cuidar de la salud de sus ciudadanos, en  especial la de aquellos que son más vulnerables, por lo que no se ajusta a ninguna realidad no dispensarles un mínimo de atención comprobatoria a fin de asegurar que los "pobres" sean atendidos por profesionales de verdad y que la asistencia que se les ofrece es  cierta en todos sus términos, así como que todo ello se realiza con las suficientes garantías.

Las fotos y el marketing  que se despliega inducen a olvidar que detrás de todo esto hay personas, siendo por tanto obligación de todos velar para que los que ofrecen milagros  no se sientan libres y sin limitaciones a la hora de desplegar sus gangas libertadoras de salud.

Bienvenidos quienes lo hagan para ayudar en nobleza y honestidad, aunque nos cueste dinero, pero no serán bienvenidos los que únicamente buscan la pasta sin atender ningún razonamiento de lealtad y fidelidad a aquella  condición humana que no dispone de recursos para costearse servicios tan exclusivos y tan caros.