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J. M. M. S.

Hace poco leía en la WEB de la Orden de San Agustín (Provincia de España) esta frase del Santo: “El que es bueno, es libre aún cuando sea esclavo; el que es malo, es esclavo aunque sea rey". El jueves de Pasión fue un día triste en La Cofradía de Las Penas. En el desfile procesional participaba un presunto corrupto de menores, imputado también por otros dos delitos, el de abusos sexuales y el de tenencia de pornografía infantil.

Por supuesto lo hacía tapado, no como siempre ha solido hacerlo, eso debido al arrojo de unos padres que han osado denunciarlo. Ha procesionado arropado por los suyos, los mismos que, sibilinamente no han permitido al pequeño, la víctima, que lo hiciera, ¿por qué?, porque saben que existe una orden de alejamiento, y la única manera de que este presunto delincuente saliera acompañando a la Virgen era que el menor, una de las víctimas, no lo hiciera.

La cofradía, muy relacionada con el colegio San Agustín, lo ha permitido. Ellos son conocedores de la imputación y de la Orden de Alejamiento, la han recibido en el colegio. Pero han dado más prioridad al adulto, al presunto delincuente, que al niño, a la víctima.

He tenido conocimiento que al tipo este le dedicaron dos “levantás”, una del Cristo y otra de la Virgen, cada cual es libre de hacer lo que quiera. También le dedicaron, al menos una, al “Pescaito”, Gabriel, y a todos los niños de la cofradía; ¡curiosa contraposición!, le dedicamos unas levantás a unos pequeños y casi a la vez hacemos lo mismo con un imputado por corrupción de menores y tenencia de pornografía infantil.

Ya puestos podrían haberle dedicado otra a la negra, presunta asesina de Gabriel, ¡es solo presunta! Me pregunto yo, no se habrán parado a pensar que cuando una juez decreta una Orden de Alejamiento es porque tiene indicios suficientes para hacerlo.

Que tan particular dedicatoria provenga de unos costaleros embriagados por el olor a sudor, eufóricos tras varias horas de duro sacrificio tiene un pase, pero que la directiva de la cofradía y el colegio no hayan tomado cartas en el asunto parece un poco, como mínimo, sospechoso.

¡Padre, perdónales porque no saben lo que hacen!