Que se puede engañar a uno todo el tiempo, es posible, pero a todos y a la vez es difícil. Y esto es lo que en un alarde de autocomplacencia ha hecho el gobierno Vivas. No sabe Juan Vivas el daño que le está haciendo a Ceuta. Ni siquiera se lo imagina, porque estando como está, rodeado de servilismo y estómagos agradecidos, nadie puede ni le va a decir que consolidar una estructura administrativa local entretejida con el mismo Partido Popular de Ceuta imposibilita la regeneración democrática en Ceuta. Está claro que el PP monopoliza la actividad política de Ceuta, y además que esto está muy bien visto por muchos ciudadanos. Las razones son muy simples: quien no tiene un familiar o amigo en el ayuntamiento, lo tiene en una empresa pública, y si no, lo tiene en una empresa subvencionada por el ayuntamiento, o si no, es un proveedor del ayuntamiento, o tiene un familiar o amigo en el Partido Popular de Ceuta ... Por eso no es una prioridad tener una Relación de Puestos de Trabajo. Por eso hay que seguir nombrando cargos eventuales en el ayuntamiento, haya crisis o no quede un duro en las arcas municipales.

Por eso también habría que quitarle competencias a Ceuta, porque con criterios tan irresponsables no se pueden cumplir en Ceuta con los mandatos constitucionales de desconcentración y autogobierno. Pongamos un ejemplo: cuando se propone medidas de autogobierno respecto a la reforma del Estatuto de Autonomía de Ceuta habla de calcular los costes de la misma. Cuando debería calcular el ahorro que con la reforma habría que tener. Cuando se autopropone mantener una estrecha y leal colaboración, lo entiende como cuánto me va a dar el Estado para que me calle (lean si no en estos días a los parlamentarios populares) que en un alarde de populismo "pelean por Ceuta" para que el Estado invierta más. ¿Que invierta más, para qué? ¿Para seguir nombrando o manteniendo asesores a dedo, mientras la administración central paga las obras?

En cuanto a las medidas fiscales y económicas, otro fiasco. Las medidas consisten en: Defender la propuesta de régimen económico-fiscal..., Solicitar la aplicación de medidas sobre el transporte marítimo, Proponer la aplicación de un tratamiento específico por la Unión Europea..., Fijar la posición sobre la integración de Ceuta en la unión aduanera y defender tener una aduana comercial..., Evaluar impacto socioeconómico transfronterizo y un observatorio de evaluación de indicadores socioeconómicos. Solo son medidas que se plasman en un papel y con eso dicen haber conseguido los objetivos. Así desde luego no se mejora la economía de Ceuta, ni se crean puestos de trabajo. Pero más aún, en el balance que realizan por escrito, más de 40 medidas están en trámite o no cumplidas, sobre un total de 162 medidas, muchas de la cuales como hemos escrito no son realmente medidas de gobierno, sino buenas intenciones. Sin entrar en que las relativas a ordenación urbana, guarderías, tráfico, suelo industrial, cementerios y mercados poco o nada se cumple. Áreas que por otra parte son genuinamente responsabilidad de las administraciones locales. Lo más grave, sin embargo, es que un presidente que ha estudiado economía confunda lo que son objetivos con metas, y lo que son medidas o buenas intenciones con objetivos. Esto lleva a que hable de evaluación y de eficacia, cuando en realidad debería hablar de eficiencia y de metas conseguidas. ¿Por qué no se pone como metas reducir la tasa de desempleo, la de analfabetismo, la de ruido, la de tuberculosis, etc... con cifras numéricas? Como hace un verdadero gestor y no un repartidor de prebendas para mantenerse en el poder indefinidamente. Y a fe que así se consigue estar en el poder sine die. Si no, que le pregunten a los mejicanos con el PRI: más de 80 años.